Opinión

El diario de Amilibia: San Cándido: Qué figura

"Dicen que sus reliquias se hallan en la abadía de San Mauricio (Suiza), donde se venera un busto de plata repujada del mártir"

Cándido Conde-Pumpido
Cándido Conde-PumpidoEduardo ParraEuropa Press

En estos tiempos oscuros de caos e incertidumbre, aparece como una luz celestial la figura de Cándido Conde-Pumpido, ángel protector del Apolo de la Moncloa y del sanchismo en general y, según mi director, «el que se cree el amo de la Constitución», el guardián entre el centeno de las leyes, el señor de los anillos de la jurisprudencia. San Cándido vivió en el siglo III y, como capitán, llevó el estandarte de la Legión Tebana, formada por cristianos de Tebas (Egipto). Cuando el emperador Maximiano ordenó a la legión tebana practicar ritos paganos, San Cándido y los suyos respondieron: «Nosotros somos tus soldados, pero también somos siervos del Dios verdadero y no podemos renunciar a Él». O sea, que la fidelidad, ahora al Apolo, su dios actual, le viene de serie. Fiel hasta el martirio fue Cándido a su Señor, como ahora este otro Cándido lo es al suyo.

Dicen que sus reliquias se hallan en la abadía de San Mauricio (Suiza), donde se venera un busto de plata repujada del mártir. Como su festividad se celebra el 22 de septiembre, el Apolo tiene tiempo sobrado para organizar la indispensable peregrinación en Falcon a la citada abadía en compañía de toda la familia, pues mucho esperan de los favores o milagros de san Cándido el propio Apolo de la Moncloa y especialmente su esposa, la Bego, y su hermanísimo David, el músico, que ha compuesto, dicen, un Magnificat en honor del santo. No se acerca al de Bach, pero cuenta con profundos y sentidos aires extremeños. Leo: «Pumpido lanza al TC a resolver la primera sentencia de la amnistía antes del verano». Más que consideración, mimo: quiere que el gran amnistiado, el vecino de Waterloo, pueda pasar felizmente las vacaciones en las playas de Lloret de Mar. Es que está en todo.