Entrevista
Hablamos con Ana Cristina Portillo: un año de casada, un negocio en expansión y el deseo de "tener muchos hijos"
La hija de Sandra Domecq y Fernando Portillo se sincera en LA RAZÓN sobre su primer año de casada, su sueño de formar una familia numerosa y sus planes de internacionalizar su firma de moda
Hija de Fernando Portillo y Sandra Domecq, hermana, por tanto, de Eugenia, Alejandra y Claudia Osborne; Ana Cristina Portillo ha estado bajo el foco desde que nació hace ya 31 años. Así quedó reflejado en septiembre del año pasado, cuando se dio el “sí, quiero” con Santiago Camacho, una boda que despertó el interés de los medios y que reunió a buena parte de su mediática familia. Se trató de uno de los días más felices de su vida que dio paso a una nueva etapa como mujer casada, y aunque celebra que está “muy contenta” en este primer aniversario del matrimonio, también admite que han tenido que superar los desafíos propios de la convivencia: “Ya no estoy yo sola en casa haciendo lo que me da la gana todo el tiempo. Cada uno tiene sus cosas, sus manías, y al final te tienes que adaptar a la otra persona. Creo que lo importante es encontrar un equilibrio y saber que la otra persona no lo está haciendo para fastidiarte, sino porque es su costumbre. Hay que saber aceptar y tener paciencia el uno con el otro”.
En contra del estereotipo y desmontando roles de género, Ana Cristina reconoce a LA RAZÓN que su marido “es un santo” en cuanto a la convivencia y ella es “un poco más desastre”: “Él es muy ordenado y se quiere morir conmigo. No es que yo sea horrible, pero trabajo desde casa y pinto. Estoy con telas todo el día, viendo tejidos, con bocetos, acuarelas… Soy un poco más artista y creativa y tengo la casa hecha un poco más desastre”.
El desorden y el caos doméstico se convertirán en el día a día del matrimonio si acaban cumpliendo su sueño de formar una familia numerosa. Aunque de momento no hay bebés en camino, Ana Cristina desvela que le encantaría que el Señor la convierta en madre cuando llegue su hora : “Claro que me gustaría tener niños, pero creo que todo se va dando y que todo va encontrando su momento. Tengo claro que quiero ser madre y que quiero tener muchos hijos, pero poco a poco. Ahora estoy con mucho trabajo, y estoy segura de que Dios sabe cuándo tiene que llegar cada cosa».
De momento, dirige todos sus esfuerzos hacia su otro pequeñín, una marca de moda que dirige desde 2020. Su firma, Ana Cristina PD Design, empieza a hacerse un hueco en un sector muy competitivo y que tiene a muchos autónomos con la soga al cuello: “Estoy muy contenta porque voy viendo la luz, cerrando cosas y creciendo, pero no es nada fácil. Conozco mucha gente que lo ha dejado porque no te dejan respirar”. Reconoce sin tapujos que sus apellidos han podido ayudar a que su negocio despegue, pero matiza que se trata de un arma de doble filo: “Por un lado me ha ayudado, me ha abierto puertas, pero seguramente otras personas hayan pensado ‘mira esta, que ahora va de diseñadora’, y no me habrá ayudado tanto”. La critiquen o no, Ana Sandra no se detiene y aspira alto de cara al futuro de su firma: “Quiero asentarme, me encantaría tener un taller o showroom para estar en un sitio donde la gente pueda venir. Además, me gustaría crecer internacionalmente”.
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