Ilusionada
Irene Rosales vuelve a brillar: el mensaje que confirma su nueva ilusión
Tras su ruptura con Kiko Rivera, la sevillana atraviesa un renacimiento personal y sentimental junto a Guillermo. “Es bonito sanar, es bonito cuidarse”, escribió en redes, un reflejo del momento sereno y luminoso que vive
En el universo mediático donde la exposición es casi una segunda piel, Irene Rosales ha aprendido el arte de reconstruirse con silencio y elegancia. La modelo sevillana, de 33 años, ha dado un paso al frente en su nueva etapa vital: su historia con Guillermo, el empresario que habría devuelto la calma a su vida, ocupa la portada de SEMANA. Y aunque ella no ha querido ofrecer declaraciones explícitas, sus gestos -y sus palabras en redes- hablan por sí solos.
Después de nueve años de matrimonio con Kiko Rivera, una relación marcada por altibajos, exposiciones mediáticas y heridas familiares aún abiertas, Irene parece haber encontrado un nuevo equilibrio. En su cuenta de Instagram compartía hace unos días un mensaje que muchos interpretaron como una declaración de intenciones: "Es bonito sanar. Es bonito cuidarse. Es bonito volver a brillar. Es bonito volver a llenarse de paz". Un mantra que define con precisión el proceso de reconstrucción emocional en el que se encuentra.
Muestras de complicidad
Las imágenes publicadas por SEMANA muestran a Irene y Guillermo con una complicidad evidente, aunque prudente. Risas, miradas y gestos cómplices que dejan entrever una relación que, poco a poco, se consolida. Según reveló Kike Calleja en el programa Fiesta, el empresario ya ha sido presentado oficialmente a la familia de Irene durante una celebración muy especial: el cumpleaños de su hermana, en Castilleja de la Cuesta. "Estaba muy integrado, como si fuera uno más", confirmó el periodista, subrayando la naturalidad con la que el entorno de la modelo ha acogido a su nueva ilusión.
Guillermo, de 41 años, propietario de una empresa instaladora de césped artificial, conoció a Irene y Kiko Rivera durante la reforma de la terraza de su casa. Separado y padre de un hijo, se define como "emprendedor, apasionado del mar y del deporte". Hoy, su discreción contrasta con el ruido mediático que siempre ha rodeado a la familia Rivera.
Mientras tanto, las reacciones no se han hecho esperar. Según fuentes cercanas, Kiko Rivera habría recibido la noticia con cierta sorpresa y dolor, convencido de que la madre de sus hijas tardaría más en rehacer su vida. Y aunque Isabel Pantoja tampoco ha permanecido ajena a las imágenes, su entorno asegura que "la decepción con Irene sigue siendo profunda". Las heridas entre ambas mujeres parecen aún lejos de cicatrizar.
Sin embargo, Irene ha optado por no responder a las especulaciones. "Me cortáis el rollo", dijo con una sonrisa a los reporteros que la abordaron, consciente de que hay batallas que se ganan con silencio. Hoy, se muestra centrada en su bienestar, en sus hijas, y en un futuro que parece escribirse con letras más suaves.
Lejos del ruido, la excolaboradora de televisión encarna una versión serena y empoderada de sí misma. Irene Rosales ha cambiado la exposición por la introspección, las lágrimas por la calma. Y mientras las portadas hablan de "nueva ilusión", ella prefiere hablar de algo más sencillo y profundo: volver a brillar.