A corazón abierto

¿Qué fue de...? Máximo Valverde: «Isabel Pantoja no me perdonó nunca que la dejara por Amparo Muñoz»

En su pensamiento no cabe la palabra jubilación y sigue centrado en el teatro

Máximo Valverde
Máximo ValverdeFernando AlvaradoAgencia EFE

A sus 78 años,Máximo Valverde conserva rasgos de ese aura de seductor que le llevó a conquistar a algunas de las mujeres más guapas y famosas de nuestro país. El mismo Julio Iglesias le aseguró que era el único que se había ligado más chicas que él. Pero el actor no presume de amores y amoríos, aunque sí reconoce que en su currículum sentimental aparecen los nombres de Amparo Muñoz, Isabel Pantoja o Rocío Jurado. En su pensamiento no cabe la palabra jubilación y sigue centrado en el teatro.

“Me han ofrecido muchísimo dinero por escribir mis memorias, de momento no pienso hacerlo, ya veremos si me decido en el futuro. Es que si cuento toda mi verdad podría hacer daño a mucha gente…y no quiero. Mire, soy un hombre feliz, los que me conocen bien saben que tienen delante a una buena persona, y sigo trabajando, ahora estoy con una obra teatral, “Con ganas de reír”, una comedia que protagonizo con Eva Santamaria, que no es, como se ha dicho, mi novia, sino una gran amiga y una maravillosa compañera”.

- ¿Tras su imagen pública se esconden dos “Máximos” muy distintos el uno del otro?

- Si, el hombre sencillo en su vida personal, y el que los que le ven desde fuera consideran frívolo. Le aseguro que he reservado siempre mi intimidad, hay muchas cosas que no le cuento nunca a nadie. Por ejemplo, que hubo épocas, cuando iba de maletilla a los tentaderos, en las que no tenía ni un duro y dormía en la calle.

- Su sueño era ser torero.

- Si, yo me vine desde Sevilla, mi tierra, para Madrid con la intención de torear, pero trabajaba también de extra en el cine para mantenerme económicamente. Un día hice un casting y me eligieron para protagonizar la película “Fortunata y Jacinta” en 1970, y ahí comenzó realmente mi carrera como actor. Pero, si, después de actuar como novillero, y en becerradas, dejé esa profesión para centrarme de lleno en mi carrera como actor, y me volvió el gusanillo, y a mis cincuenta años de edad conseguí tomar la alternativa taurina en Estepona, el siete de agosto del 96, con Manuel Díaz “El Cordobés” como padrino y Cristina Sánchez como testigo. Pero se vivía mejor como actor y mi camino siguió esa senda.

- Nadie niega su fama de seductor. ¿Cómo fue su idilio con Rocío Jurado?

- Tuvimos un romance muy bonito cuando trabajábamos juntos en el espectáculo “Cancionera”. Pero yo era un hombre muy inestable en el amor, viajaba mucho y la cosa se enfrió. Al final, ella se fue con Enrique García Vernetta y yo con la que fue Miss España, Rocío Martin. Ella quería casarse conmigo, pero yo no estaba por la labor. La verdad es que no me duraban mucho las novias, porque era bastante veleta.

- De Amparo Muñoz se enamoró pasionalmente.

- Fue el gran amor de mi vida. Estuvimos juntos tres años, y fue muy bonito por un lado, pero muy duro por otro, porque al ganar en 1974 el concurso de Miss Universo la llevaban de un sitio para otro. Me llamo un día llorando porque no aguantaba ese ritmo. Fui a verla a Nueva York, había adelgazado mucho, estaba demacrada, los organizadores del certamen le habían hecho firmar un contrato leonino… y hable con esa gente. Al salir de la oficina entraron dos hombres conmigo en el ascensor y me dieron una paliza. Al volver a mi hotel me habían robado la ropa, y sobre la mesilla dejaron un billete de vuelta a España y veinte dólares para el taxi hasta el aeropuerto.

- Pero no se marchó.

- Me quedé para buscar a Amparo y me ganaba la vida cantando “El Porompompero” con una guitarra en las calles de Broadway. A los diez días apareció Amparo, a la que habían teñido secuestrada, y a través del periodista Cirilo Rodríguez nos escapamos en un avión como si fuéramos miembros de la tripulación.

- Era un amor de película que terminó muy mal.

- Ella se metió en ambientes poco recomendables, con una gente muy rara, y yo estaba muy harto. Discutíamos muchísimo, ella no quiso dejar sus adicciones y era mejor romper. Me dolió en el alma, lo pasé muy mal, pero no hubo más remedio que tomar caminos separados. Estuve seis meses hundidlo, sin ganas de nada, no quería trabajar, me quedaba en casa… Sufrí una grave depresión. Mis amigos me convencieron de que no podía seguir así y me animaron a volver a mi profesión. Me sacaron del abismo. No podía olvidarla y puse dinero para que se rehabilitara en una clínica. Todo resultó inútil.

- Los padres de Isabel Pantoja se lo pusieron muy complicado para salir con su hija.

- Eso fue antes de Amparo. Isabel era un chica de dieciocho años y me gustaba mucho, iba a verla actuar en el Corral de la Morería madrileño siempre que podía, vi que yo también le gustaba a ella, y le pedí que saliéramos juntos. Pero ella me contestó que debía tener el permiso de su padre. Así lo hice y la cosa salió bien. Mantuvimos una relación muy bonita, pero apareció en mi vida Amparo Muñoz, fue un flechazo, y dejé a Isabel, y ella no me lo perdonó nunca. Su madre, doña Ana tenía un carácter muy fuerte y me consideraba un mal partido, no ganaba lo suficiente para estar con su hija…

- En la única ocasión en la que una mujer estuvo a punto de hacerle pasar por la vicaria todo desembocó en un terrible engaño.

- Con esa mujer, Ana María, me iba a casar en El Escorial, pero resulta que ya estaba casada, me engaño, lo suyo era una locura. Menos mal que un periodista me llamó para contarme que esa mujer seguía unida en matrimonio con otro hombre. Cuando fui a pedirle explicaciones había desaparecido. Pero me di cuenta del error que iba a cometer, además, yo no me sentía muy convencido de querer casarme. Por eso fue una liberación.

- ¿Es cierto que hubo señoras que le ofrecieron dinero por tener sexo con ellas?

- Eso es cierto, pero fue al principio, cuando era muy joven y aún no había debutado en el cien. Ni se me pasó por la cabeza aceptar ese tipo de ofertas. Una mujer me ofreció ponerme un apartamento y un coche en la puerta, y me negué rotundamente… por la educación que tenia y mis principios morales.

- ¿Y que lugar ocupa la religión en su vida?

- No voy mucho a Misa pero si que rezo.

- ¿Nunca tuvo intención de ser padre?

- Con la única que se me pasó por la cabeza fue cuando estaba con Amparo. Pero éramos demasiado jóvenes y priorizamos nuestras carreras artísticas.

- Julio Iglesias llegó a asegurar que ha ligado mucho más que él.

- Eso fue una broma que gastó durante un Festival de Benidorm. Lo dijo de cachondeo.

- ¿Ha sufrido o le han hecho sufrir más en el amor?

- Al cincuenta por ciento. Las mujeres me han dicho más veces que no, que si.

- A sus 78 años no tiene pareja…

- Es una etapa de mi vida en la que me siento tranquilo y bien. Dejémoslo ahí.

- ¿Cuál considera que fue su mejor papel como actor?

- El de Damián en la serie “Plaza alta”. Porque fue un personaje muy bonito y dramático que me permitió demostrar todas mis cualidades como actor.

- ¿Y dónde encontramos sus referentes actorales?

- En Alberto Closas, Paul Newman y Anthony Quinn. Los tres eran unos profesionales increíbles.

- Ha sido el galán por excelencia.

- Tiene razón, pero me hubiera gustado sobresalir también en otro tipo de papeles.

- ¿Nunca se le pasó por la cabeza la intención de jubilarse?

- No. Mientras esté bien de salud y de ánimo, seguiré trabajando.