Opinión

Los sábados de Lomana: No necesitamos «machitos» salvadores

"Esa arrogancia y el desprecio hacia todos los que no piensan como ella contradice su orgullo como la gran defensora de la democracia"

Yolanda Diaz durante la segunda jornada del pleno de investidura en el Congreso de los Diputados.
Yolanda Diaz durante la segunda jornada del pleno de investidura en el Congreso de los Diputados.Alberto R. Roldán La Razón

A Yolanda Díaz, como a todos los de izquierdas, se le llenó la boca con la palabra «progresista», «democracia», «feminismo»... en un discurso apocalíptico en el que se presentó como la salvadora de nuestra patria, de nosotras las mujeres. Esa arrogancia y el desprecio hacia todos los que no piensan como ella contradice su orgullo como la gran defensora de la democracia. La fobia hacia Feijóo y hacia el PP resulta, como mínimo, insoportable. Lo único que tengo claro es que para nada han explicado el tema de la amnistía, del que evitan hablar o presentan como la gran maravilla para la convivencia en España. ¿Convivencia? Más de media España aborrece a Sánchez y a sus socios, y han creado una tensión y división desconocida en los 40 años de democracia. Hay que reconocer a Sánchez su perseverancia cuando algo se le mete en la cabeza. No tiene el mínimo escrúpulo para conseguirlo. Dinamita la ética, la moral, la vergüenza. No tiene ningún remordimiento por no cumplir la palabra dada. Le importa un comino la fractura de la convivencia. Solo persigue un objetivo: evitar que gobierne la derecha de Feijóo, los «fachas», palabra favorita a la hora de insultar de toda esta patulea. Enarbola la bandera del bien contra el mal que somos todos los que no estamos de acuerdo con poner alfombra roja, guardaespaldas y todo lo que pida el señorito Puigdemont, un cobarde que huyó de España en un maletero dejando a sus compañeros en la estacada y en la cárcel. Ahora volverá como el gran triunfador financiado por todos nosotros y nos achicharrarán todavía más a impuestos para pagar las deudas y el despilfarro de Cataluña. Pedirá la luna y la luna le dará Pedrito por siete votos. Tendremos un presidente traidor y cínico con esa sonrisa de mandíbula apretada. Solo le pido una cosa: que deje de hablar del peligro de la igualdad de las mujeres con PP y Vox . No necesitamos «machitos» salvadores. Ya nos valemos nosotras solitas. Me crié, me repeiten, en una dictadura pero jamás me sentí manipulada, ni vi coartada mi libertad para hacer lo que me diese la gana. Siempre he sido muy libre, tanto de soltera como casada y después como viuda. No necesito socialistas que me salven ni que me dirijan con estúpidos argumentos. Solo necesito que me dejen en paz.

Yolanda Díaz junto a Pedro Sánchez.
Yolanda Díaz junto a Pedro Sánchez.Gtres

A pesar de toda esta tensión que han creado, España sigue hacia adelante con una vida paralela, celebrando la fiesta de los Grammy en Sevilla con un ambientazo y conciertos maravillosos. Madrid es una fiesta. Cada día hay celebraciones. Ayer estuve en un evento de «Harper’s Bazaar» donde se dieron cita moda y reconocimiento, se premió el talento y los valores femeninos a mujeres por su trayectoria en el mundo del arte, el cine, la moda y la música. Me alegró mucho ver el estupendo nivel de premiadas: Marisa Berenson, Elle MacPherson, Rossy de Palma, Juana Martín, Alexa Chung y Eva Longoria.

En los corrillos se comentaba la actualidad con un punto de melancolía y cabreo, lo cual no impidió que lo pasásemos divinamente y bailásemos sin parar. De momento me voy a Sevilla. Hoy por la noche estaré «pinchando» en la sala Obbio, de Carmen Hierbabuena, donde se cobija toda la modernidad que vive en esta ciudad. La próxima semana, el jueves 23, empiezo mi mercadillo solidario en Madrid (Alcalá, 94) en el que lo recaudado irá destinado para diferentes obras benéficas principalmente a la Fundación «NUPA» (Asociación española de ayuda a niños afectados de fallo intestinal, transplante multivisceral y nutrición parenteral). Están todos invitados.