Entrevista
Sara García, primera española aspirante a astronauta: "Quiero investigar sobre el cáncer desde el espacio"
Comenzará los entrenamientos de la Agencia Espacial Europea para ir al espacio, un reto que afronta "emocionada y con muchas ganas", cuenta a LA RAZÓN
Este miércoles se celebró en el madrileño Palacio de Santoña Elle For Hope, una gala solidaria cuyo principal objetivo era recaudar fondos para poder destinarlos a la investigación contra el cáncer. Allí se congregaron rostros muy conocidos de todas las esferas sociales, incluida Sara García, la primera mujer española en prepararse para ir al espacio tras ser seleccionada como miembro de la reserva de la Agencia Espacial Europea.
Especializada en biología molecular, ha dedicado buena parte de su carrera a desentrañar una enfermedad mucho más compleja de lo que se cree: “Hablamos del cáncer y sobresimplificamos el término porque hablamos en singular, pero el cáncer en realidad son más de 200 enfermedades diferentes. Hablar de una cura genérica para tantas enfermedades que no se parecen tanto, aunque tengan un origen común, es muy complejo. Por eso no hemos sido capaces todavía de darle solución, pero gracias a la ciencia y la investigación, la supervivencia aumenta, los tratamientos mejoran, las metástasis se curan y los pacientes viven más y con mejor calidad de vida”, expone a LA RAZÓN.
En este sentido, García recalca la importancia de la inversión y de este tipo de galas benéficas que permiten financiar proyectos que aspiran a salvar vidas: “El fin es recaudar fondos para asociaciones, como la Asociación Española Contra el Cáncer, que de alguna manera benefician a la investigación. Yo misma me he visto beneficiada en ocasiones, puesto que patrocinan proyectos que llevamos a cabo. La inversión es crucial tanto en el sistema sanitario como en el ámbito de la investigación, es la única forma de que podamos abordar las enfermedades desde un buen diagnóstico y un buen tratamiento”.
La aspirante a astronauta subraya también la importancia de lograr un diagnóstico a tiempo, que es “casi una garantía de salvación y supervivencia para prácticamente todos los tipos de cáncer” Por desgracia, “hay algunos que se detectan muy tarde, cuando las opciones terapéuticas para el paciente son muy limitadas”. Aun así, insiste en que la investigación siempre es la mejor aliada y pone como ejemplo el cáncer de mama: “Es un caso de éxito. De media, el 85 % de las pacientes se curan, y eso es gracias a la ciencia”.
Un laboratorio en el espacio
Su intención es seguir al pie del cañón en la investigación sobre el cáncer, “una enfermedad que afecta a una de cada tres personas, así que nos afecta a todos ya sea de manera directa o indirecta”. Sin embargo, su objetivo es hacerlo en un entorno muy distinto al que hasta ahora acostumbraba: “Me gustaría que mi futura misión como astronauta estuviera centrada en la investigación contra el cáncer. Mi objetivo es poder investigar este conjunto de enfermedades desde el espacio y aprovechar todas las ventajas que esto implica. En el espacio hay microgravedad, es decir, la fuerza de la gravedad es diferente. Eso hace que la materia y la física que domina los procesos sea completamente distinta. Estudiando las cosas de forma distinta, con otro prisma y otros anteojos se pueden poner de manifiesto puntos débiles que no habíamos visto en la Tierra, y podemos sacar ventaja de ello para desarrollar nuevos medicamentos”.
García afronta “emocionada y con muchas ganas” el comienzo de su preparación para viajar al espacio, consciente de que “van a ser dos meses muy intensos que me van a ayudar a sentirme más preparada en caso de que venga una futura misión”.
El entrenamiento no solo incluye duras y complejas pruebas físicas, sino que se focaliza en varios aspectos, incluido el psicológico, muy importante tanto para los astronautas como para los seres queridos que dejan en la Tierra: “La parte psicológica y de comunicación y relación con miembros de la tripulación es crucial, porque hay que saber cómo convivir en un espacio confinado con una tripulación. También se da apoyo a las familias de los astronautas, puesto que no deja de ser una situación un tanto particular y de riesgo. Hacemos un entrenamiento constante para estar preparados”.
“Queremos llegar a la Luna para quedarnos”
El pasado 13 de octubre pasará a la historia como uno de los días más importantes para la ingeniería aeroespacial. SpaceX, la ambiciosa empresa de Elon Musk, logró atrapar en el aire el propulsor de un cohete gracias al sistema de recuperación bautizado como Mechazilla. Es decir, se abre la puerta a que las naves sean reutilizables, algo que hasta ahora no se había conseguido.
Sara García explica a LA RAZÓN que se trata de “un hito que va a marcar un antes y un después en la exploración espacial. Que la nave sea reutilizable implica que los viajes al espacio van a ser más sostenibles, no tan costosos. La inversión en exploración espacial va a ser más asumible para todas las agencias espaciales y países”.
Un logro que acerca todavía más la posibilidad de regresar a la Luna, pero los objetivos de un nuevo viaje al satélite van mucho más allá de la mera demostración de poder que supuso el del Apolo 11 en 1969: “La vuelta a Luna será una realidad, y no para poner una bandera. Queremos volver para aprovechar los recursos, hacer desarrollo tecnológico, investigar y responder a grandes preguntas. Queremos volver a la Luna para quedarnos y aprovechar todo el conocimiento que obtengamos en beneficio de la gente que está en la Tierra”.
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