Vence a sus hermanos
Sentencia millonaria para Rosario Bermudo, hija del marido de la duquesa roja: “Estoy contentísima”
Después de años de lucha judicial contra una de sus hermanas por la herencia, un juez le ha dado la razón. El dineral que le deben pagar
Todas las esperanzas de Rosario Bermudo estaban fijadas en el pasado 9 de octubre, cuando tenía fijado el juicio a las 9:00 horas en el Juzgado de Soria. Su lucha no terminaba cinco años después de haber sido legalmente reconocida como hija legítima de Leoncio González de Gregorio y Martí, marido de la duquesa de Medina Sidonia que popularmente se la conoce como la “duquesa roja”. Padre de cuatro hijos, una de las hermanas ha querido poner freno a sus pretensiones hereditarias y legales, plantándole cara en los tribunales. Pilar González de Gregorioreconocía el derecho de Rosario a tener su parte de la legítima como hija de su padre, pero no estaba dispuesta a pagar. Proponía en su lugar ceder tierras, algo que no convencía a la demandante. Entraron en conflicto. Ha llegado a su final, saldándose con la victoria de Rosario, a sus 72 años. “Estoy contentísima”, nos asegura.
Mucho ha peleado por ver cumplidas sus pretensiones judiciales y recibir lo que es suyo por ley. La muerte de su padre, en febrero de 2008, le animó a iniciar un proceso para demostrar su parentesco. El ADN certificó que era su hija, por lo que la herencia millonaria que se repartió entre cuatro hijos, debía ahora incluirla a ella. Encontró reticencias, aunque especialmente por parte de Pilar, que decía a LA RAZÓN recientemente que “la juez nos recomendó que llegáramos a un acuerdo y yo le ofrecí a Rosario darle la parte que le corresponde pagándole con tierras, que es lo que en su mayoría heredé de mi padre. Y ella se opone a esta solución”. Así llegaron a juicio y la sentencia acaba de publicarse.
Rosario Bermudo ha vencido a Pilar González de Gregorio. Como resultado, la jueza de Soria ha condenado a los hijos del marido de la “duquesa roja” a pagar cerca de 1,2 millones de euros a su hermana. Tres de ellos estaban conformes y le apoyaban en su lucha, aunque esto supusiese un mordisco a su propia porción del pastel que supuso la herencia de su padre. No obstante, deseaban hacer lo correcto, como así expresaba también que era su deseo Pilar, que se aferraba a la idea de entregar tierras y proteger su liquidez. No lo ha conseguido, viéndose ahora obligada junto a sus hermanos a pagar las costas del juicio como parte de la condena resultante del proceso legal.
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