People in Red

Violeta Mangriñán, sobre su maternidad junto a Fabio: “Yo soy menos desastre que él”

Los dos influencers se sinceran en LA RAZÓN sobre cómo han cambiado sus vidas desde el nacimiento de Gala, y muestran sus diferencias sobre ampliar o no la familia

Fabio Colloricchio y Violeta Mangriñán en la Gala People in Red
Fabio Colloricchio y Violeta Mangriñán en la Gala People in RedGtres

El Museu Nacional d’Art de Catalunya acogió ayer a lo más granado del panorama social para celebrar una nueva edición de la Gala People in Red, una iniciativa de la Fundación Lucha contra las Infecciones que pretende recaudar fondos para fomentar la investigación en la lucha contra este tipo de enfermedades. La velada fue todo un éxito y se sobrepasaron todas las expectativas, sumando un total de 803.400 euros donados, la cifra más alta desde que nació este proyecto hace ya treinta años.

De entre los 700 invitados al evento, destacó la presencia de rostros conocidos de diferentes esferas sociales, como actores, cantantes, deportistas o influencers de la talla de Dulceida -que confirmó su reconciliación con Alba Paul- o Violeta Mangriñán, acompañada de su pareja, el cantante Fabio Colloricchio. “Queremos aportar nuestro granito de arena”, expresa a LA RAZÓN. Fieles seguidores de las tendencias actuales, ninguno defraudó con sus atuendos elegidos, aunque ella reconoce que no siempre se decanta por la opción más elegante. “Soy camaleónica. Un día me visto de moderna, otro de ‘cayetana’... Según me dé. Ahora, él se ha echado al lado oscuro y se hace todo el rato el moderno, pero tiene muy buen gusto”, asegura la creadora de contenido, unas palabras que el padre de su hija Gala suscribe: “Sí, yo visto más urbano ahora mismo, ella es más elegante”.

Lo cierto es que, observando su impecable imagen, nadie diría que llegaron a la Ciudad Condal sin haber pegado ojo. “Ahora venimos sin dormir porque ayer la niña pasó la peor noche de los nueve meses que tiene. No dormimos absolutamente nada”, cuenta el argentino, aunque su pareja no duda en corregirle: “Bueno, eso para él. Yo tengo otra larga lista de noches terribles”.

Fue el pasado verano cuando la pareja anunció a través de sus redes sociales el nacimiento de su primogénita, y a pesar de todas las noches en vela, a los dos se les cae la baba con Gala. “Es una niña muy buena, pero como buena Leo, cuando saca el carácter, hay que echar a correr. Es muy linda: simpática, extrovertida, generosa, porque cuando tiene algo en la mano y le preguntas qué es, te lo da. Se ríe todo el tiempo… Es un amor, hemos tenido mucha suerte, aunque ella también la ha tenido con los padres que le han tocado”, expone Mangriñán.

A punto de cumplirse un año del nacimiento de la bebé, los primerizos reflexionan y hacen algo de autocrítica, y parece que Violeta tiene algo que decir a su pareja… “Somos un desastre. En realidad no, yo soy menos desastre que él, todo hay que decirlo”, indica la influencer, a lo que Fabio responde: “Cuesta mucho por la vida que llevamos”, en alusión a los constantes viajes, eventos y conciertos que implican sus trabajos.

Aun así, Mangriñán quiere dejar claro que “lo hacemos lo mejor que podemos. Le ponemos la mejor de las voluntades y estamos aprendiendo. Somos primerizos, cada vez seremos mejores”, y concluye: “Yo creo que somos buenos padres”.

¿Familia de cuatro?

Tan buena madre es, que ya está pensando en dar un hermanito o hermanita a Gala, a pesar de que no se trata de una idea que le entusiasme: “Yo quiero ampliar la familia ya. A Fabio le he dicho que, por mí, no sería madre de nuevo. La experiencia de ser madre ya la he vivido y no repetiría, pero yo no concibo la vida sin mi hermana, así que sí quiero darle lo mismo a Gala”.

Es llegados a este punto cuando la pareja manifiesta sus diferencias. Mientras que Violeta pretende “matar dos pájaros de un tiro, porque cuando pase esta etapa de no dormir, ya no voy a querer repetir”, Fabio opta por no darse prisa: “Yo prefiero que vayamos fluyendo, sin programar nada. Eso es una bendición que viene o no viene. Si viene, la cogeremos con los brazos abiertos”. De nuevo, Mangriñán corrige: “Bueno, yo con los brazos abiertos, cuando pase ya todo, no. Cuando Gala empiece a dormir de nuevo y pasemos la etapa de pañales, no me va a apetecer volver a lo mismo”.