Fernando Savater: «Doy por hecho que soy muy malo por vocación»

–«Figuraciones mías». ¿Prefiere que sus figuraciones las espíe la CIA, la KGB, el CNI, la NSA...?

–El que primero llegue. Premio al más listo. No tengo nada que ocultar.

–Recopilación de artículos. ¿Artículos de higiene, de belleza, de...?

–De mi tocador personal. Sólo pretendo despertar inquietudes y dudas.

–Dice que escribir para uno mismo es onanismo. ¿Ve mucho de eso en las columnas?

–Veo más a gente que escribe sólo para los suyos. Yo intento servir a todos: soy un hombre público.

–El lector acude, fervoroso, devoto, al columnista que le da la razón...

–Abundan esos lectores, y practican la forma más perezosa de leer. Son lectores que quieren masajes de ego.

–Le reprochan que escriba filosofía para quienes carecen de estudios...

–Lo que digan me entra por un oído y me sale por otro. Doy por hecho que soy muy malo por vocación. De pequeño quería ser malo.

–¿Y lo ha conseguido?

–Me han faltado fuerzas y ocasiones. Ya sabe, la edad.

–Un consejo de su amigo Cioran: «Vaya veinte minutos al cementerio y verá que sus preocupaciones son superadas; es mejor que ir al médico».

–A él le gustaban mucho los cementerios. A mí, no. Debe ser por el miedo a la muerte.

–Cioran quiso ser español. Hoy no quieren serlo algunos españoles...

–Cioran lo consideraba un privilegio. Yo, no. Pero me entran ganas de ser español cuando veo a los que no quieren ser españoles.

–«A F. S., agradeciéndole sus esfuerzos por ser pesimista»: así le dedicó el filósofo rumano uno de sus libros. ¿Ya ha logrado ser pesimista?

–Antes no lo era, pero lo voy siendo, sobre todo después de leer un periódico o de ver un telediario. Y por la pérdida de energía.

–Por lo que escribe, parece que estaría encantado de ir al infierno...

–Prefiero quemarme en el infierno que aburrirme en el cielo. Los que van de santos oficiales me aburren mucho.

–Y encima les han recortado los milagros...