Casas reales

Holanda examina a sus futuros reyes

Guillermo y Máxima capean con humor las preguntas más incómodas de una entrevista

Los príncipes Guillermo y Máxima, durante la entrevista concedida a la televisión pública holandesa
Los príncipes Guillermo y Máxima, durante la entrevista concedida a la televisión pública holandesalarazon

Guillermo de Holanda tiene dudas. Así lo reconoció este martes durante una entrevista que concedió a la televisión holandesa en la que él y su mujer, Máxima, se sometieron a un arsenal de preguntas, algunas de ellas incómodas. A pocos días de su coronación –que se celebrará el 30 de este mes–, el aún príncipe aseguró que las dudas son precisamente las que le mantienen centrado en sus responsabilidades y con intención de dar el máximo en un reinado que, espera, sea «humano, cercano al pueblo y abierto a los cambios».

Los futuros monarcas preparan muy de cerca el gran momento, incluidos los ensayos. «Espero que todo salga mal el día anterior, agotemos la mala suerte y así todo vaya perfecto en la coronación», bromeó Guillermo. Hasta sus hijas practican la «coreografía ceremonial». Será una jornada importante para ellas, aunque especialmente para su hija mayor, Amalia, que pasará a ser princesa de Orange. Y a la pregunta del millón : ¿acudirá el padre de Máxima, secretario de Estado durante la dictadura de Videla en Argentina, a la celebración?, ella respondió que no. «En 2002 se cerró un acuerdo. Mi padre sólo estaría en celebraciones privadas y éste es un evento constitucional donde mi marido se convertirá en rey y mi padre no tiene por qué estar», explicó. Aunque desean que todo salga perfecto, no se mostraron preocupados: respecto a la posibilidad de que los republicanos decidan aguarles el día, Guillermo respondió que están en su legítimo derecho de manifestar sus ideas. Así, Máxima y su marido capearon las preguntas más polémicas. Por ejemplo, las referentes al presupuesto de la casa real y el salario –no pagan impuestos– o si la monarquía debería tener un papel decorativo: «Todo depende del Parlamento», zanjó Guillermo.

También recordó a su hermano, Friso, aún en coma en un hospital de Londres y al que estaba muy unido. «Lamentablemente», dijo mientras Máxima reprimía las lágrimas, su estado no ha mejorado. El futuro monarca, que mantendrá su nombre –Guillermo-Alejandro en vez de Guillermo IV–, quiso aclarar que el reinado no es un trabajo «para hacer a dúo» en referencia a que el papel de su mujer no será constitucional.