Sevilla

José Manuel Soto: «Hoy casi nadie se deja querer»

Profesión: cantautor.. Nació: en 1961, en Sevilla.. Por qué está aquí: hoy ofrece en el teatro Nuevo Apolo su concierto «Puro Soto» en Madrid.

La Razón
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–«Puro Soto». ¿Es puro, fuma puros...?

–Intento ser puro en la música. El tabaco lo dejé hace tiempo.

–¿Qué hay que purificar en este país?

–A la clase política. Queremos políticos puros, pero ¿dónde están?

–Canta «Busque en su corazón». ¿Lo dice por el colesterol?

–No, porque ahí tenemos cosas escondidas que desconocemos.

–«Como una noche de invierno». ¿Qué hace en esas noches?

–Procuro meterme en la cama con alguien para dormir caliente.

–«De un tiempo a esta parte». ¿Cómo estamos de un tiempo a esta parte?

–Todos estamos un poco apagados, grises, tristes, desesperanzados.

–«El aguacero». ¿Siempre le pilla sin paraguas?

–Sí, soy poco poco prevenido.

–«El culpable». ¿A quién le echa la culpa de todo?

–A nadie. No hay que buscar culpables, sino soluciones.

–«En una mágica noche de abril». ¿Se le apareció su hada madrina?

–Ya no creo en hadas madrinas ni en varitas mágicas. Sólo en el esfuerzo.

–«Siempre sueño con Sevilla». ¿Nunca con el Betis?

–Soy del Betis, pero mi equipo es más una pesadilla que un sueño.

–«Silencio del sur». ¿Es posible allí el silencio?

–Sí. Al sur siempre se le asocia con la juerga y la algarabía. Es el tópico.

«Tormenta de verano». Le noto muy preocupado por la meteorología...

–Los cambios de tiempo me inspiran. Soy hombre cambiante. Paso de la euforia a la depresión, cosa propia de los «curristas» y los béticos.

–«Déjate querer». ¿Quién no se deja?

–Hoy casi nadie se deja querer. Vamos todos con una coraza protectora por la vida: nos define la desconfianza.

–«Volver a empezar». ¿Le gustaría...?

–Me gustaría volver a empezar cada día, sobre todo para aprender.

–J.J. Benítez dice que el más allá existe y es un espacio físico. ¿Se pide plaza junto a...?

–No creo que pueda aguantar la eternidad con a alguien ni solo.

–«Lo que me preocupa de la muerte es que no sé si aguantaré tanto tiempo acostado» (José Luis Alvite).