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Justin Bieber, treinta cajas de alitas de pollo en Madrid

Durante su estancia en la capital le echaron de una discoteca. Las peticiones para expulsarle de EE UU llegan al cuarto de millón

Justin Bieber sale de su hotel en Madrid bajo fuertes medidas de seguridad
Justin Bieber sale de su hotel en Madrid bajo fuertes medidas de seguridadlarazon

Fue una noche sonada. Sexo, drogas y mucho alcohol. Justin Bieber se pasó de la raya en Madrid y tuvo que ser invitado a abandonar una conocida discoteca del centro de la capital en su última visita a nuestro país. Ante el escándalo que el cantante estaba montando con su séquito de amigos y guardaespaldas, le llamaron la atención varias veces, y, finalmente, tuvo que dejar el local. Uno de los camareros de la sala, testigo de lo sucedido, manifiesta a LA RAZÓN que «ese chico está destruyendo su carrera profesional, ofrece una falsa imagen de niño bueno a sus fans, pero no se corta lo más mínimo en beber alcohol mezclándolo con sustancias estupefacientes. Un cocktail difícil de digerir para un chaval de 19 años. Le dijimos que allí no se podían consumir drogas y se puso a reír, no nos hizo ni caso, y, finalmente, le pedimos que se marchase de la discoteca».

Fue a su hotel, ubicado junto a la madrileña Plaza de Colón, y siguió la juerga en su suite. Uno de sus caprichos fue encargar treinta cajas de alitas de pollo. Y mucha cerveza. En su último concierto en el Palacio de los Deportes madrileño, hubo fans que llegaron a pagar hasta 360 euros por una entrada premium, que incluía un sitio en las primeras filas de la pista y una foto con el artista canadiense. Unas 50 personas desembolsaron esa cantidad para estar más cerca de su ídolo, quien ya amasa una fortuna de más de 65 millones de dólares. A pesar de las continuas polémicas que rodean su vida, Justin ha declarado que «sé quién soy y lo que hago con mi vida, lo que he conseguido y continúo consiguiendo como intérprete, escritor, artista, como persona, como ser humano. Soy feliz con el hombre en el que me estoy convirtiendo». Pero la realidad es muy distinta a como la pinta. Tiene millones de fans, sí, pero en Estados Unidos se ha creado un movimiento que pide que se anule su permiso de residencia en el país y se le deporte directamente a Canadá. Más de 240.000 personas han firmado ya el manifiesto, después de que Bieber fuera detenido en Miami recientemente. El cantante fue imputado por conducción bajo los efectos de sustancias tóxicas, alcohol y marihuana (más conocida en Estados Unidos como DIU), resistencia a la autoridad sin violencia y conducción en una carrera ilegal con un carné que había caducado. Tras ingresar en el correccional Tumer Guilford Knight, en el condado de Miami-Dale, salió en libertad tras pagar una fianza de dos mil quinientos dólares. «Nos gustaría ver al peligroso, insensato, destructivo y consumidor de drogas Justin Bieber deportado y con su permiso de residencia revocado», se indica en la citada petición.

Éste ha sido el último episodio de excesos de un chaval que no valora lo que tiene a su alrededor. La misma Selena Gómez, con la que lleva manteniendo una relación intermitente desde hace casi tres años marcada por las crisis, las separaciones y las reconciliaciones, ha manifestado rotundamente que o Justin deja las drogas y se interna en un centro de desintoxicación o se puede olvidar definitivamente de ella. Pero él, según cuentan en su entorno, está «enganchado» a una «droga casera» conocida como «sizzurp», para cuya preparación se necesita un jarabe común de venta en farmacias que contiene codeína, un derivado opiáceo, prometazina y refresco de algún sabor frutal. Además de esto, al brebaje se le pueden añadir otro tipo de drogas nada recomendables para la salud para hacerlo más potente, y medicamentos como Xanax, conocido también como Trankimazin. Su última idea disparatada ha vuelto a sembrar de comentarios las redes sociales al aparecer junto a un amigo disfrutando de los pechos de una stripper. La madre del artista, Pattie Mallette, su mánager, Scotter Braun, y el cantante Usher, pasaron unos días con Bieber en Panamá el pasado enero intentando convencerle para que deje el mal camino. Ya veremos si los consejos surten efecto y Justin recupera su credibilidad artística y personal.