Crítica de cine
Pasarela política: Cándido Méndez; el uniforme sindical
El uniforme sindical
Ana Locking. Diseñadora
La incoherencia estética es un error habitual en algunos de los políticos españoles pero esto no se debe a que utilicen un vestuario de mayor o menor calidad. Nada más lejos de la realidad. La razón es que esa prenda o accesorio no les pega en muchas ocasiones con el cargo que ocupan. Por otro lado, resulta repetitivo vestir o casi disfrazarse de un estilo tan obvio como manido. Un claro ejemplo de este hecho lo tenemos en la figura de Cándido Méndez, que suele mostrar siempre una apariencia «progre» del 68 que no guarda relación alguna con la de otros líderes de la izquierda histórica de nuestro país –algunos sí fueron capaces de crear para sí mismos una imagen seria, creíble y muy ligada al pueblo–. Esto se debe fundamentalmente a que eran coherentes en todas sus facetas y casaba el discurso y la acción con su indumentaria. En el habitual gusto por los relojes de lujo del líder sindical se aprecia un cambio en los últimos años. A pesar de seguir forzando su acercamiento al pueblo desde su lado más progresista, los dirigentes de estas agrupaciones también han entrado en el traje burgués que entallan para las reuniones presidenciales. Todo sea por el pueblo y para el pueblo.
Fuera de este ámbito, lo cierto es que, quitando algunos de los detalles previamente expuestos, en general la imagen pública de Cándido Méndez suele ser coherente con su ideología, a veces, en exceso. Vease, sin ir más lejos, esa mochila-zurrón de pasear por la montaña que nada parece tener en común con el mejor accesorio para cargar documentos por los pasillos del Congreso. Seguridad, cercanía y seriedad a veces se caen por su propio peso cuando la imagen resulta anacrónica o demasiado forzada.
NECESITA MEJORAR
Barba sucia y párpados de ojos tristes
Marta Boira. Especialista en belleza
La primera propuesta de cambio para Cándido Méndez estaría indicada para esa barba tan descuidada que lleva. Personalmente, no me desagradan las barbas, al contrario, pero en este caso el sindicalista presenta un aspecto descuidado y, en ocasiones, hasta sucio. Le recomiendo una visita al magnífico y exclusivo servicio de barbería del hotel Villapadierna. Al mismo tiempo que uno de los profesionales le afeita a navaja, otro le aplica una mascarilla fría en ojos y un tercer terapeuta le hace un masaje de reflexología podal mientras degusta una copa de champán, todo un lujo para los sentidos. El señor Méndez, seguro, lo agradecerá (www.villapadiernamedical.com. Otro tema que me preocupa, no solamente por motivos estéticos sino por salud, son sus párpados. Le recomendaría una blefaroplastia superior. La zona orbicular de arriba está muy caída, lo que le da una mirada triste que, además, si no se corrige, podría perjudicar su visión. La blefaroplastia, según nos cuenta la doctora Barba (www.doctorabarba.com), además de favorecer, ayuda a aquellos pacientes a quienes el exceso de piel les hace más difícil ver correctamente. Esta intervención puede ir acompañada, en caso de exceso de piel, de un pequeño lifting de cola de ceja.
GESTOS DELATORES
Riesgo a perder el hilo
Valvanuz Sánchez de Amoraga. Psicóloga y coach
Se siente cómodo hablando en público, mantiene la mirada y produce en quienes le escuchan una sensación distendida al apoyarse sobre una de sus piernas. Su mirada fija y los movimientos altos de sus brazos dan fuerza al mensaje pero en ocasiones prioriza la comodidad y se recuesta. Intenta contactar con su auditorio y busca transmitir con lógica y estructura, aunque, al ser sus elocuciones más emocionales que racionales, a veces pierde el hilo. Entonces, se recoloca las gafas o se toca la frente. Suele sujetarse en el atril en busca de apoyo aunque su barbilla ascendente y su pecho henchido delatan que no es una persona insegura. Une las manos entrelazando rectos los dedos y a menudo hace el gesto de lavarse las manos, que significa no involucrarse en los problemas. Cuando está interesado en el tema, acerca su cuerpo al interlocutor ; cuando no se siente cómodo tiende a reclinarse.
El veredicto
Su arma secreta:
Las cejas.
Su punto flaco:
Las manos.
Miente con sus gestos: SÍ
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