Miami

Paulina, la trabajadora

La Razón
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Paulina Rubio le ha pedido a 2013 terminar la guerra que mantiene con el padre de su hijo, al que ha protegido siempre. La mexicana es una mujer muy hermética a la que no le gusta airear su vida privada. No sólo estuvo trabajando hasta el octavo mes de embarazo, sino que ella misma pagó los gastos del parto. La chica dorada está dolida con su ex marido porque cuando decidieron divorciarse él le pidió a ella firmar una carta de confidencialidad para que no se filtrara nada a los medios. Días después Colate anunciaba mediante en exclusiva en la revista «¡Hola!» que se separaba de la cantante. Él abandonó su empresa de comunicación en Madrid para estar al lado de Paulina, algo que le dio estabilidad a la artista durante los cinco años de matrimonio. Sin embargo, la mexicana no quería que su marido no hiciera nada y para ello la suegra de Colate, Susana Dosamantes, le cedió una de sus propiedades para que montara una nueva empresa de comunicación. Nicolás Vallejo Nájera tan sólo hizo un evento y al final tuvieron que desmontar el negocio. El ex de Paulina ha llegado ha afirmar que nunca ha tenido acceso a las tarjetas de ésta, pero los movimientos bancarios del año 2006 al 2011 dicen todo lo contrario. Ahora Colate conduce un coche de alta gama propiedad de su ex mujer que ella le ha cedido para transportar a su hijo. Según la familia de la artista, Colate les ha llegado a decir que lo único que quiere es dinero para poder reconstruir su vida y que se merecía una indemnización por todo lo que ha pasado al lado de Rubio. Quizá ésta sea la justificación para pedirle la mitad de todos los bienes que generaron durante el tiempo que duró el matrimonio, una pensión alimenticia, la mitad de la casa de Miami y un seguro de vida a nombre de su hijo en el que él apareciera como beneficiario.