Estocolmo

Luis Medina, un español en la corte del rey Gustavo

El hijo de Nati Abascal y sus «acompañantes» causaron revuelo en la boda de Magdalena de Suecia

Luis Medina junto a la enigmática acompañante con las que acudió al enlace
Luis Medina junto a la enigmática acompañante con las que acudió al enlacelarazon

Fue el único representante español en Estocolmo –ya que la Casa Real, al igual que otras monarquías europeas, no asistió a la ceremonia–, pero Luis Medina, conde de San Martín de Hoyos, dejó el listón muy alto: destacó por su elegancia y sofisticación y se metió en el bolsillo a toda la corte sueca. Desde su llegada a la cena de recepción –que precedía al enlace entre Magdalena y Chris O'Neill–, se convirtió en uno de los invitados que más expectación causó. El hijo de Nati Abascal fue más que suficiente para alimentar los hervideros del mundo rosa. A la cena del viernes se presentó arrollador con un elegante chaqué y una pajarita. Y para el enlace del sábado eligió un look acorde con el protocolo: frac y pajarita blanca. Hasta ahí, nada fuera de lo normal. Lo que disparó las alarmas no fue su indumentaria, sinoque asistiese a cada cita acompañado por una mujer diferente. O eso parecía.

Con las puertas de la realeza europea abiertas, Medina hizo su puesta de largo en la cena, pagada por el rey Gustavo, que se celebraba en el Grand Hotel, donde se alojó la mayor parte de los invitados. Esa noche, apareció al lado de una joven morena que vestía un traje vaporoso con estampados florales. Las cámaras hicieron el resto: hasta España llegaron las fotografías de Luis Medina junto a una mujer desconocida y con ellas la hipótesis de que podría haber rehecho su vida tras su ruptura con Amanda Hearst. La decepción no se hizo esperar: todo fue fruto de la perspectiva y del corte de las instantáneas. La enigmática dama resultó ser una invitada más que llegaba al mismo tiempo que el duque.

Pasado el primer sofoco, todo parecía estar en orden. Hasta que llegó el día de la boda y, para sorpresa de propios y extraños, apareció acompañado –esta vez sí, de forma deliberada– de otra joven. Más de uno tuvo que ajustarse las gafas para comprobar si se trataba de la misma: ambas morenas, más o menos de la misma altura,pero esta vez con un vestido de cuello alto y manga al codo en color nude adornado con pedrería que resultaba una compañía mucho más elegante y a la altura de Medina. Pero tampoco hubo noticia para el «cuore»: todo apunta a que el protocolo le designó a la joven. Y el gozo de la prensa del corazón, en un pozo.

Medina supo manejarse con soltura y se diluyó a la perfección en la sangre azul europea y fue uno de los invitados más especiales para Magdalena de Suecia. Les une una gran amistad que comenzó cuando el hijo de Nati Abascal actuó de cicerone en la visita que la sueca hizo a nuestro país en compañía de unas amigas hace unos años. Las atenciones que el duque le procuró la encandilaron en su viaje por las costumbres españolas. En 2010 volvieron a reunirse en el primer acto de Magdalena tras su dramática ruptura con Jonas Bergström.