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Miriam Díaz-Aroca: «No son animales de compañía, tienen su misión con nosotros, como almas que son»

La actriz y Simón, su mascota, se enamoraron al instante y ahora conviven con dos gatos

Miriam Díaz-Aroca junto a Simón, su pequeño Spaniel / Foto: Connie G. Santos
Miriam Díaz-Aroca junto a Simón, su pequeño Spaniel / Foto: Connie G. Santoslarazon

La actriz y Simón, su mascota, se enamoraron al instante y ahora conviven con dos gatos

«Mi perro se llama Simón y es un Spaniel del Tibet, una raza pequeña originaria de los montes Himalaya. Llevamos 10 años juntos y la verdad es que tenemos una relación buena y duradera (risas)». Llegó a su casa cuando falleció su anterior mascota, Lucas, «que era mi compañero del alma. Pasado un tiempo, cuando estaba de gira en Tenerife, fue a comprarle un juguetito a su perrita Tecla –que tuvo que ser sacrificada– y «vi en una urna a un chiquitín saltando, mirándome, y pensé: ¡es Lucas! Nos enamoramos al instante y me lo traje». Tiene recuerdos bonitos a todas horas con él «porque es amor incondicional: te mima, te jalea, independientemente de si le miro o no o de si voy como una moto. Es el mayor tesoro». Mientras charlamos nos mira, tal vez por esa rara tendencia que tenemos a humanizar a los animales y pensar que saben cuándo hablamos de ellos. «Debe de ser por el tono de voz», matiza la actriz, quien ahora ha abierto una nueva ventana profesional en su vida que la tiene emocionada, «la de «speaker», doy conferencias vitales y trasformadoras». En ese momento entran dos gatos, que se niegan a posar en la foto: «¿No te lo había dicho? Mi hija los acogió cuando era pequeña y les bautizó como: Dormilón y Zarpita, pero yo les llamo Gato y Gata. Se llevan fenomenal con Simón, se hacen carantoñas. A veces duermen los tres juntos y da gloria verles. Viven en armonía porque mis compañeritos son de paz y vibran en la misma armonía que yo», explica emocionada Díaz-Aroca que acaba de protagonizar «Bernarda», una adaptación de «La casa de Bernarda Alba» y «Me llamo Gennet», sobre la adopción de una niña etíope sordociega por parte de una española (que interpreta Miriam) y que logró llegar a la Universidad en la España de hace 30 años. «Creo que ese estrenará en abril», matiza la mujer para quien el aburrimiento no entra en su hoja de ruta mientras juguetea con su perro y le da chuches, al tiempo que «Gato» y «Gata» entran y salen a su antojo de la escena. «¿Te das cuenta? los animales dan buen “feng shui”. Llegan a nuestros hogares para trasladarnos energía. No son animales de compañía, tienen su misión con los humanos, como almas que son», y pasa de relatarnos su viaje a Etiopía a hablarnos de su fundación por la igualdad y contra la violencia «dirigida a remover conciencias sobre el gran problema del maltrato a la mujer». Y sigue jugando con sus animales, como cuando patinaba en el mítico «Cajón desastre». Cae la tarde entre proyectos, risas, buena onda... y amigos caninos y gatunos.