Opinión

El diario de Amilibia: El bueno, el feo y el malo

Él es el bueno (y el guapo) y Óscar Puente es el feo y el malo en una sola pieza. Tendrían éxito si hicieran bolos como dúo cómico: «Milú y Tontín»

El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, saluda amistosamente a Pedro Sánchez
Óscar Puente y Pedro Sánchez en una imagen de archivoLa Razón

Óscar Puente se atrevió a ir a lo de Alsina en Onda Cero. Demostró valor: bien es verdad que no se conoce ningún dóberman cobarde. Antes de que me señale como columnista avieso e insultador o me lleve a los tribunales, aclaro al instante que lo de dóberman es una metáfora: lenguas viperinas dicen que fue nombrado ministro para ladrar a la oposición cuando el Perro Sanxe se queda afónico o necesita hacer de bueno, que es casi siempre. Porque en la Moncloa tienen bien repartidos los papeles caninos: Él es el bueno (y el guapo) y Óscar Puente es el feo y el malo en una sola pieza. Tendrían éxito si hicieran bolos como dúo cómico: «Milú y Tontín». O más propiamente, como los Hermanos Calatrava.

Carlos Alsina y Óscar Puente en 'Más de Uno'
Carlos Alsina y Óscar Puente en 'Más de Uno'@OndaCero_es@OndaCero_es

Así que el ministro poco agraciado le confesó a Alsina: «He encargado a mi equipo que me cojan todas las columnas de opinión en las que se me insulta con todo tipo de insultos, físicos la mayoría». Va a tener a su equipo muy entretenido en ese apartado: que esperen los trenes de cercanías de Madrid. Imagino que su intención es, aparte de colocar a periodistas en la diana, querellarse contra ellos. Pero ¿se puede querellar un feo por llamarle feo? ¿Admitirían la querella por llamarle también deslucido, antiestético, desagradable, fiero, fenómeno, sombrío, caricaturesco, irregular, desproporcionado, imperfecto, malencarado y otros sinónimos? Hombre, si tiene que ver el caso Conde-Pumpido, seguro que sí. O si informa el fiscal «Alvarone». Cuentan las malas lenguas monclovitas que Óscar también se queja frecuentemente y con mucha vehemencia al Apolo de la Moncloa: «Jo, presi, que muchos columnistas me están llamando feo todo el rato, algo habrá que hacer, ¿no?». Él, acariciándolo: «Algo haremos, Óscar; ahora métete en el transportín que vamos al Congreso». O algo así.