Opinión

El diario de Amilibia: La Yoli y la imaginación al poder

"Habrá que observar cuidadosamente sus gestos y los mensajes que nos enviará a través de las aperturas de sus faldas, sus mangas abullonadas y las mechas rubias y onduladas de su melena al viento"

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz; la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez y la ministra de Sanidad, Carolina Darias durante la rueda de prensa ofrecida tras la reunión del Consejo de Ministros, este martes en el Palacio de La Moncloa.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz; la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez y la ministra de Sanidad, Carolina Darias durante la rueda de prensa ofrecida tras la reunión del Consejo de Ministros, este martes en el Palacio de La Moncloa.Alberto R RoldánLa Razón

Ahora que ya aspira a ser la primera presidenta de este país, y creo que lo dice refiriéndose a España, hay que permanecer atentos a todo lo que declare y haga Yolanda Díaz para animar la pista central del circo. También habrá que observar cuidadosamente sus gestos y los mensajes que nos enviará a través de las aperturas de sus faldas, sus mangas abullonadas y las mechas rubias y onduladas de su melena al viento. Sobre los gestos, quizá su inspirador Enrique Santiago, del Partido Comunista de España, debería recordarle cada día esta frase: «El mago hizo un gesto y desapareció el hambre; hizo otro gesto y desapareció la injusticia; hizo otro gesto y desapareció la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago».

A lo mejor le parece buena pese a ser de Woody Allen, sobre todo si imaginan que el Político de la frase es Él, que puede pasar, cuentan, del aplauso fervoroso a los celos. Hablando de imaginación, la Yoli ha dicho últimamente que la echa de menos en la política. Si permanece atenta a todo lo que van a prometer en este año de elecciones, verá, si ver quiere, que la ficción se disparará hasta el infinito y más allá: la política se transformará en epifanía y ellos, los políticos, en Reyes Magos tirándonos promesas de felicidad como caramelos. Y qué felices serán sus niños.

Yolanda Díaz
Yolanda DíazAlberto R RoldánLa Razón

Conocen bien los políticos lo que detecta el filósofo francés Michel Onfray: «La gente prefiere una mentira que dé seguridad a una verdad angustiosa», o sea, aquello que canta Luis Miguel: «Miénteme como siempre/ por favor, miénteme/ necesito creerte/ convénceme…». Falta imaginación, eso sí, para inventar nuevos trucos, pero ¿qué importa eso si los viejos divierten tanto y tanto al personal?