Entrevista
Sergio de Lázaro: "Tenemos el gran reto de revivir el alma de Berhanyer en Madrid"
El director creativo se pone al frente del proyecto de volver a convertir una de las marcas de moda más respetadas del diseño de nuestro país en un icono mundial
Madrid lleva vibrando con la moda toda la semana de la mano del programa de «Madrid es moda». Firmas como Roberto Verino, García Madrid u Oteyza han hecho acto de presencia, cada una a su manera, estos días calentando la pasarela que se inauguró el jueves, 15 de febrero. Y en la ya mítica Mercedes Benz Fashion Week Madrid hay un nombre que destaca esta temporada por encima de todos: Berhanyer.
Renovada prácticamente al completo, la cita más importante con la moda de nuestro país ha ido abriendo hueco en los últimos años a gente nueva, quedando solo firmas como Roberto Torretta, Hannibal Laguna, Duyos o Ágatha Ruiz de la Prada entre los que podíamos llamar como «clásicos», de ahí que el regreso a la pasarela de uno de los nombres más famosos del diseño patrio sea todo un acontecimiento que ayer sábado nadie quiso perderse.
Al frente de este renovado proyecto, donde se deja de lado el nombre de Elio en señal de respeto y se enfatiza el año de la fundación de la firma, 1956, se encuentra Sergio de Lázaro. Conocido por su trabajo en Otrura, casa con la que se hizo con el premio a la mejor colección en 2021, el diseñador ha centrado principalmente sus esfuerzos en los últimos meses en poder llevar a cabo el gran reto de revivir el alma de Berhanyer.
¿Qué le atrajo de Berhanyer para embarcarse en este proyecto?
La fuerza que tuvo Elio sobre todo en los 60 y 70. Él fue el hombre que trajo a nuestro país el concepto de modernidad y la manera de entender una marca de manera global, como hacían Rabanne, Cardin o Courrèges en París. Con él, el diseñador pasó a ser un director creativo.
Y también trajo el logo, ¿va a estar muy presente en sus diseños?
En nuestro caso, el logo tiene que venir de una manera orgánica. Hay que ir integrándolo, sobre todo porque vamos a experimentar un cambio de identidad de marca, donde prescindimos de su nombre para transformarnos solo en Berhanyer. Él mismo, de hecho, se hackeó un sinfín de veces. En nuestra investigación en el Museo del Traje nos hemos encontrado sus creaciones con unas veinte etiquetas distintas, desde tipografías a nombres como Vanguardia, Eliorama…
¿Cómo ha sido ese trabajo en los fondos del Museo del Traje?
Hemos firmado un convenio de largo recorrido porque queremos estudiarlo todo a fondo. Queremos tomarnos un tiempo para analizar su trabajo al completo, repatronar digitalmente las prendas y crear un legado que luego dejaremos en el museo. Esto nos va a ayudar a hacer una relectura de Berhanyer. Además, en todos los desfiles vamos a hacer una reproducción de uno de los looks que conserva esta institución, como homenaje a Elio.
Otra fuente de conocimiento son sus clientas, ¿han tenido ocasión de hablar con ellas? ¿Habrá nuevas?
Lo hemos intentado y algunas nos han expresado sus mejores deseos. En el momento de Elio, las figuras relevantes, tanto sociales como artísticas, no solo apoyaban al creador, también invertían en él. Ahora, la imagen, los medios y las redes sociales han mercantilizado esta relación. Ya no hay armarios, hay estilistas. En nuestro caso, vamos a seguir la misma política que con Otrura: no trabajaremos eventos privados ni el pago a celebrities. Todo el mundo será bienvenido, pero porque quieren realmente estar con nosotros.
Berhanyer tiene dos iconos: el uniforme de Iberia de 1972 y sus abrigos. ¿Ha descubierto algo más en estos meses?
Su trabajo con las fornituras en los años 60 y 70. Añadía a sus diseños elementos 3D y caleidoscópicos, consiguiendo efectos maravillosos que ahora es complicado ver.
¿Y qué tal lleva el estar al frente de dos casas?
Me siento más libre creando para Berhanyer que para Otrura. El centrarme en él me ha ayudado a dedicarnos a otras cosas con Otrura, como su internacionalización, donde hemos centrado las acciones este último año. Es un gran momento para reformularla, si es que tiene que hacerse, pero en general me apetece mucho ser más extremo con Otrura y más amplio con Berhanyer. Es una oportunidad.
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