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Aferrados a los refranes: no hay mal que cien años dure

Un proyecto de Telefónica

Letras.
Letras. Pixabay

Tan socorridos, tan a mano, los refranes vienen a nuestro encuentro para darnos moral

Nunca faltan. Un buen refrán, en un momento concreto, lo ilustra y lo expresa todo. Y todos lo entienden, de compartidos y conocidos que son. Por eso, ahora, en medio de la difícil situación surgida como consecuencia de la irrupción del Covid-19, los refranes salen a nuestro encuentro.

Porque ‘no hay mal que cien años dure’. Porque ‘la unión hace la fuerza’. Porque quedándonos en casa –‘cada mochuelo a su olivo’- todos ayudamos a superar esta crisis.

Tras un confinamiento que se acerca ya a un mes de duración, toda ayuda es poca. Toda dosis de moral, de ánimo, nos reconforta. Necesitamos cápsulas de optimismo y de confianza. Chutes que constaten que lo que estamos haciendo vale la pena. Y justo para eso están los refranes.

Porque nos recuerdan que ‘querer es poder’ y que ‘la fe mueve montañas’. Porque también nos demuestran que #seguimosconectados.