España
«Hay que tirar el Estatuto de los trabajadores a la basura»
«No tiene sentido que haya tanto dinero para sindicatos y formación, mientras hay un 20% de paro en España»
La Cámara de Comercio de EE UU en España ha elaborado el informe «Spain 2020», bastante crítico con la economía española, pero que recoge propuestas para hacerla más competitiva.
–¿No da una visión muy apocalíptica de la economía española?
–No. La forma de volver a la senda de crecimiento es la competitividad. Al final hay que entender que todo se arreglará con medidas drásticas. De un tipo o de otro, pero es difícil cambiar la estructura productiva de un país y sus deficiencias acumuladas sin tomar medidas que sean difíciles de articular políticamente.
–¿Tantas deficiencias tiene?
–La única fortaleza que tiene España es que es un país joven, que lleva pocos años en la Champion League y que no quiere volver otra vez a la Tercera División. ¿Entre las empresas que Zapatero invitó a La Moncloa cuántas hay que fabriquen cosas? Muy pocas.
–¿Dónde centraría usted el foco para dar la vuelta al calcetín?
–Hay dos cosas que corregiría y que cualquier gobernante debería tener la valentía de hacerlo. El sistema laboral. No tiene ningún sentido que haya tantísimo dinero para sindicatos, mesas de negociación, formación… y que tengamos un 20% de desempleo. Hay que coger el Estatuto de los trabajadores y tirarlo a la basura. Cambiar radicalmente todo, empezando por un sistema laboral injusto, de castas, con una parte superprotegida y otra sin protección o en paro.
–¿Y lo segundo?
–La educación. Es un país que sale mal en todos los ratios sobre educación que se publican en el mundo. ¿Cómo es posible que un país que es la segunda potencia turística mundial no tenga más gente que hable inglés o que todo el mundo hable inglés?
–España ha pasado de ser el sexto receptor mundial de inversión extranjera a ser el vigésimo. ¿Ha dejado de ser un país atractivo?
–Ha recibido mucho dinero porque tenía mano de obra barata e iba a entrar en la UE; luego, porque creció mucho; después, porque entró en el euro y eso daba confianza. Ya no hay grandes expectativas sobre el país. Ha generado muchas noticias negativas en los últimos dos años.
–¿Por ejemplo?
–Que nos llamen «PIGS». No ayuda a quien tiene que tomar una decisión de invertir.
–¿Volverán a venir empresas como General Motors o Ford?
–En sectores que dependan de una mano de obra barata y cercanos a mercados grandes, difícilmente. Tampoco se van a ir las que están a corto plazo, porque hay mucha inversión en capacidad instalada.
–España es la octava o novena potencia económica, pero parece que eso no se refleja bien.
–No somos buenos vendiéndonos a nosotros mismos. Italia tiene más problemas, pero vende una imagen más positiva de su país, quizás exagerada.
–El informe «Spain 2020» se queja del impuesto de sociedades...
–España tiene un tipo real del 25% y en Europa es de un 19%. Acercarlo parece lógico para que las empresas se sientan más cómodas dejando el dinero en nuevos proyectos en lugar de repartir los beneficios en forma de dividendos. No hay por qué ser Irlanda.
–Se acaba de aprobar una reforma laboral y ya hay voces que claman contra su retirada. ¿Tan mala es?
–Lo que hay que cambiar es el Estatuto de los trabajadores. Es una ley paternalista, donde se regula todo. La reforma laboral que se ha hecho es loable y es mejor que nada. Tengo sin embargo dudas de que funcione bien. El despido objetivo está regulado de una forma poco concisa y los tribunales no lo van a interpretar para que una empresa, aunque tenga problemas, se salve de pagar 45 días por año trabajado en un despido. Y eso es una locura.
–¿Despido libre?
–No hay que echar sin más, ni tampoco tener que pagar una millonada, porque al final impide que la gente esté en el sitio donde le corresponde.
–¿Qué más hay que cambiar en materia laboral?
–El hecho de que haya gente superprotegida por un contrato indefinido que les blinda de ser cambiados por gente más preparada o más trabajadora. Hasta que eso no se cambie yo creo que España va a tener un problema enorme de productividad y no va a poder colocar ese 40% de jóvenes que no encuentran su lugar en el mercado laboral.
–¿Se trabaja poco en España?
–No, se trabajan muchísimas horas, pero de una forma muy poco productiva.
–¿Qué percepción hay en EE UU de España?
–Por desgracia no nos hemos vendido bien en el mundo anglosajón, especialmente en EE. UU. Hemos pasado desapercibido muchos años y ahora somos demasiado populares.
Uno de los elegidos para el Capitolio
Jaime Malet fue uno de los tres invitados oficiales españoles al juramento y la toma de posesión del presidente de EE UU, junto al embajador en Washington y el ministro de Exteriores. Creada en 1919, la Cámara representa a 400 empresas, las americanas aquí establecidas y las principales españolas. Son el 24% del PIB y mantienen más de un millón de empleos. En España hay 550 empresas estadounidenses, con una facturación de 70.000 millones de euros y más de 330.000 empleados.
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