Retiro
«No nos quieren aquí porque somos inmigrantes»
«Hay policías que te hablan con educación y quieren evitar peleas, pero otros insultan y nos tratan como si fuéramos basura».
Jess cuenta la historia de lo que ocurre en Lago con cierta objetividad. No está nervioso, si acaso triste. «Mira, yo entiendo todo. Ellos vienen, ponen la cocina, forman humo, sin licencia, es un lío. Pero no se puede tampoco de la noche a la mañana decidir que quieres evitar que más de un centenar de vendendores dejen de buscarse la vida».
No es la primera vez que hay problemas en esta zona de la Casa de Campo. Aunque últimamente el conflicto se ha agravado, según cuentan los afectados, las desavenencias entre agentes y vendedores han sido un continuo ir y venir desde que estos puestos se hicieron con los aledaños del lago.
Ellos quieren que les pidan licencias y toda la documentación que deseen. En definitiva, que se legalice su situación. Sobre todo, porque en muchas de estas carreras de «agua agua, policía» pierden gran parte de sus mercancías. Un palo para ellos que no gozan especialmente de una economía boyante.
Daisy, en cambio, es más dura con la actitud policial. «No nos quieren aquí porque somos inmigrantes y ya está. Y muchos tenemos papeles y todo. Nos insultan y tratan mal cuando nosotros venimos a pasárnoslo bien a cantar, a comer, a estar con la familia».
Rogelio asegura que ha visto cómo pegaban a un niño. «Era un crío», insiste. Se lleva las manos a la cabeza. «A mí me han dado un porrazo en las piernas sin preguntar. Yo estaba parado no estaba haciendo nada». Blanche también está disgustada y todavía nerviosa. Lo cierto es que los niños y algunas mujeres se han echado a llorar tras el suceso. Cuando los municipales han pedido refuerzos el despliegue policial ha sido espectacular, según los testigos. «Toda la Policía de Madrid ha venido, toda, toda». Lo cierto es que la situación de ayer, aunque se volvió muy violenta, no tuvo grandes consecuencias. El hecho de que muchos niños y mayores estén entre el gentío y el efecto dominó podría haber complicado las cosas.
Nunca se sabe si en esos casos es mejor intervenir que no hacerlo. Vamos, si es mejor el remedio que la enfermedad. Horas después del suceso el despliegue era todavía impresionante, se obligó a desalojar la entrada al metro de Lago por seguridad y no se podía circular en una dirección.
Lo cierto es que al Ayuntamiento se le presenta un problema. Si estos vendedores, que ya han estado en el Retiro, tienen que buscarse una nueva ubicación para ofrecer su gastronomía a sus compatriotas.
Uno de los detenidos es fotógrafo
Eduardo León (fotógrafo «freelance» y colaborador, entre otros de los periódicos «Diagonal» y «Latino») es uno de los cuatro arrestados de ayer. Según fuentes del Ayuntamiento, su detención está relacionada con los hechos. Sin embargo, se especula con la más que probable posibilidad de que León estuviese trabajando y fuesen las instantáneas que tomó el motivo del enfado de los municipales, según sus compañeros de trabajo. No es la primera vez que Eduardo León es detenido por las Fuerzas de Seguridad. Ya pasó por dependencias policiales en una ocasión cuando realizó una serie de fotografías de las redadas a inmigrantes en el interior del Metro y acompañó a los agentes a comisaría y salió sin cargos y sin su tarjeta de memoria. Al parecer, León seguía la pista de las últimas intervenciones policiales con los vendedores de Lago. Y durante la mañana, quienes jugaban al tenis observaron una gran presencia policial.
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