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Irak

«Enterrado»: Tan Cortés como valiente

«Enterrado»: Tan Cortés como valiente
«Enterrado»: Tan Cortés como valientelarazon

Director: Rodrigo Cortés. Guión: Chris Sparling. Fotografía: Eduard Grau. Intérprete: Ryan Reynolds. España, 2010. Duración: 93 minutos. «Thriller».


Uno se imagina a Rodrigo Cortés como el profesor chiflado ante una pizarra llena de cifras, integrales y derivadas, intentando demostrar un teorema imposible. ¿Cómo filmar el uno? ¿Cómo trabajar el pun- to de vista de la unidad encerrada en su propia condición de número primo? ¿Qué relación tiene esa uni- dad con la prolongación espacial de su cuerpo y su alma encarcelados? Poco importa que la acción ocurra en Irak, que nuestro pobre héroe (Ryan Reynolds aguantando el tipo como un campeón) sea un conductor de camiones que ha sido secuestrado y enterrado vivo por los insurgentes iraquíes en plena guerra. Lo que importa es la historia de este uno abandonado por el mundo en un ataúd. Hitchcock estaba susurrando al oído de Cortés: no sólo el Hitchcock de «La soga» o «Náufragos», prodigios téc- nicos de la situación única, sino el de «Colapso», primer episodio que el mago del suspense dirigió para la serie de TV que llevaba su sello. En él, Joseph Cotten tiene un accidente de coche y queda paralizado hasta tal punto que los que lo encuentran lo dan por muerto. Hitchcock trabajó la parálisis de su protagonista escuchando a su con- ciencia, cuya voz dialogaba con una realidad que estaba a punto de enterrarlo vivo. Cortés, que ha aprendido bien la lección, también utiliza la voz múltiple, esta vez del exterior, para crear una tensión muy básica pero muy eficaz. Si aceptamos que un teléfono móvil tenga cobertura bajo tierra, «Enterrado» nos pondrá el nudo en la garganta: que el recurso no sea radiofónico sino plenamente cinematográfico demuestra la pericia y el ingenio con que Cortés se ha enfrentado a este notable ejercicio de estilo, que recorre un variado espectro de géneros sin revelar signos de cansancio. Un hombre con un lápiz, una linterna, una petaca, una navaja y un móvil es suficiente para hacer un buen filme.