ETA

Hechos consumados

La Razón
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La izquierda abertzale pretende que un año sin asesinatos sea suficiente para que todo España olvide los casi mil muertos y las decenas de miles de víctimas físicas y psicológicas que ha dejado el terrorismo; y por la vía de su presencia institucional transmitir la imagen de integración de ese mundo en el de los no violentos. Cree suficiente la manifestación pública -y obligatoria para poder presentarse a las elecciones el pasado 22 de mayo-, en la que afirmaba que su proyecto político «sólo pueda desarrollarse por vías políticas y democráticas» y apremia para que esa declaración abra el camino a la legalización de Sortu y como diría un castizo: «aquí paz y después gloria».
Pues parece que afortunadamente para los demócratas, pero sobre todo para las víctimas, el brazo político de ETA tendrá que exigirle a esta el cese definitivo de la violencia y la banda deberá anunciar que no retomará el camino de las bombas, la extorsión y el asesinato, pedir perdón a las víctimas y decir dónde está su arsenal. Porque, de momento, Bildu está en las instituciones cobrando el dineral que supone su presencia política y la banda terrorista no ha dado un solo paso en la dirección exigida.
Ayer, líderes de Batasuna volvieron a reclamar que el Gobierno negocie con la organización terrorista; es decir la misma cantinela de siempre, pero con una excepción: le pide que lo haga «al unísono con el PP». Al parecer, ese mundo que no quiere escuchar a este país gritando que lo único que se puede negociar con ETA es su fin, sí se ha enterado de que una abrumadora mayoría supone que los «populares» ganarán el 20N.