Ley electoral
El discurso de Mohamed VI no detiene las protestas
La oposición desconfía de la reforma prometida por el rey
CASABLANCA- Satisfacción moderada. Cautela extrema. En Marruecos, 24 horas después del inesperado discurso del rey, las reacciones se mueven, casi de forma unánime, en el mismo sentido: Mohamed VI anunció mucho más de lo que cualquiera podía imaginar, pero ahora hay que esperar a que se hagan realidad esos cambios prometidos: más poder para el Parlamento y el Gobierno, menos para el propio monarca y su entorno.
Abdala Aballagh, un integrante del Movimiento del 20 de Febrero, resumía ayer esa mezcla de esperanza y desconfianza que recorre desde el miércoles el reino alauí: «Lo que dice [el rey] es positivo, pero no tenemos seguridad de que se vaya a realizar lo anunciado porque hoy puede decir que quiere cambiar la Constitución, pero mañana puede cambiar de opinión».
Los jóvenes que convocaron las movilizaciones del pasado 20 de febrero no han decidido todavía cuál será su siguiente paso. Ayer se esperaba una reunión para tomar una postura, pero será hoy cuando se produzca el encuentro. De momento lo que es prácticamente seguro es que la movilización del 20 de marzo próximo se mantendrá, como estaba previsto. La moderada satisfacción que exhiben los opositores por haber logrado la promesa de un cambio constitucional no es suficiente para desconvocar las marchas.
Lo mismo ocurre en el campo político. El parlamentario del PJD, Mustafa Ramid, que ya dimitió de su cargo en el partido para sumarse a las protestas, mostró ayer su agrado por el anuncio del monarca: «Esto me da mucha esperanza de que se pueda establecer una verdadera democracia». Sin embargo, como otros muchos, mostró también prudencia respecto al resultado final: «Pero tenemos que esperar a conocer la revisión [del texto constitucional], eso es lo que indicará si hemos avanzado y si podremos construir un Estado de Derecho».
Ramid, que aseguró que estará también en la manifestación del domingo próximo, añadió, sin embargo, a sus esperanzas «la liberación de los presos políticos» y que el rey responda a las demandas sociales para terminar con la corrupción.
Cambios limitados
También los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero consideran que el soberano ha dejado atrás algunas de sus reivindiciaciones. Entre otras, que no ha sido demasiado preciso sobre las limitaciones de su propio poder y que las personas designadas para cambiar la constitución «han sido escogidas por el rey, no por el pueblo», apostilla Aballagh, para quien «al menos la mitad [de los comisionados] deberían ser elegidos por el pueblo».
En una rueda de prensa posterior a la reunión gubernamental, el ministro portavoz del Ejecutivo, Jalid Naciri, destacó el carácter «renovador y ambicioso» tanto de la reforma de la Constitución como del plan de «regionalización avanzada» planteado también por Mohamed VI. Por su parte, la Unión Europea (UE) valoró positivamente las reformas anunciadas, que considera un compromiso hacia una mayor democratización, y ofreció apoyo para su puesta en marcha.
Las exigencias de los jóvenes
Los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero siguen reivindicando cinco puntos fundamentales:
- Cambio constitucional con limitación clara del poder del rey, fundamentalmente en lo que recoge el artículo 19 de la Carta Magna.
- Disolución de un Parlamento que sólo fue elegido en 2007 por un 37% de los votantes.
- Dimisión del Gobierno de Abbas el Fassi, al que se culpa de instaurar un sistema de clientelismo político con sus familiares.
- Liberación de los presos políticos, muchos vinculados con grupos islamistas.
- Reconocimiento oficial de la lengua y la cultura bereber, que constituyen la mayoría de la población.
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