Barcelona

Los aeropuertos recuperan la total normalidad tras dos días de caos

El sector turístico nacional podría regitrar pérdidas de entre 250 y 500 millones de euros tras el cierre del espacio aéreo el pasado fin de semana, según las primeras estimaciones del sector, aunque podrían alcanzar hasta los 1.000 millones de euros si se incluyen los turistas y compañías afectadas fuera de España.

Unos pasajeros se informan esta mañana en Barajas sobre su vuelo
Unos pasajeros se informan esta mañana en Barajas sobre su vuelolarazon

El espacio aéreo español recuperó ayer por fin la total normalidad después de uno de los fines de semana más traumáticos de su historia. Los controladores se incorporaron prácticamente en su totalidad a los puestos de control y los aviones pudieron despegar y aterrizar en los aeropuertos españoles. A las seis de la tarde, AENA había operado 2.333 vuelos de los 4.053 que tenía programados.

No obstante, y en virtud del decreto firmado el pasado viernes para transferir la gestión a Defensa, 170 efectivos del Ejército del Aire permanecían ayer en 43 dependencias de control aéreo.

El único incidente importante tuvo lugar a media mañana en el aeropuerto de El Prat. Unos cincuenta pasajeros de un vuelo de la aerolínea Avianca con destino a Bogotá, que el sábado se quedaron en tierra, intentaron impedir que un grupo de personas cogiera el mismo vuelo a las 15:45 horas. Ante los altercados, cinco furgones de los Mossos de Esquadra se desplazaron hasta la T1 y crearon un cordón de seguridad para proteger a los pasajeros que debían embarcar.

«Teníamos que volar el día 4 y ahora nos dan billete para el 14. Perdemos 10 días de nuestras vacaciones y no nos ubican en los vuelos de estos días», se quejaba Olga Román, que junto a su hermano y su cuñada viajaba a Colombia a pasar la Navidad. «La compañía nos dice que si queremos volar estos días, paguemos mil euros para viajar en clase preferente, pero no nos cambian el billete de vuelta para poder regresar diez días más tarde», lamenta la mujer, indignada antes de romper a llorar. «¿Trabajo en una empresa de limpieza durante todo el año para esto? Es la desilusión más grande. Llevo años sin ver a mi familia», continúa.

«¡Nos han dejado tirados!», protesta un grupo de chicos colombianos. «Pasamos la noche del sábado en el aeropuerto, durmiendo como podíamos por el suelo y con las maletas, no nos dieron ni mantas y nadie nos ayudó», dice Óscar, que recrimina el trato despectivo recibido.