Sara Carbonero: «Entiendo que estéis hartos de verme»

Carbonero accedió a hablar con sus compañeros de la Prensa, pero con una clara condición: no entrar al trapo en su noviazgo con el portero del Real Madrid y de la Selección. «¿A usted le censuran durante las ruedas de prensa deportivas?», cuestiona un redactor una vez terminado el acto: «Sí, cuando un jugador me pide que no le pregunte sobre un tema, no lo hago», afirma la periodista para zanjar el asunto. Antes de comenzar nuestra charla, Sara se define como una mujer «perfeccionista y sensible».

-¿Cómo lleva estar en el otro lado de la noticia?
-Regular, pero soy consciente del momento que vivo, por eso no hago de ello un drama. Soy periodista y prefiero preguntar.
-Perfecto, pero respóndame. ¿Es consciente de que sus palabras no caen en saco roto, tanto que sus declaraciones sobre Cristiano Ronaldo, en las que decía que es «egoista e individualista», han sido criticadas?
-Han pegado un tajo a la crónica, está claro. Podría hablar mal de Cristiano Ronaldo, pero no lo hago, porque para mí es el mejor jugador del mundo junto con Messi. Sólo quise aclarar que tiene una ansiedad por marcar y por ser él quien meta el gol. Es un jugador ambicioso dentro del terreno de juego, punto. Además, como periodista deportivo, tengo que hablar y opinar, por eso creo que las palabras se han sacado de contexto.
-¿Por qué?
-No lo sé, pero no me obsesiona, porque pasado mañana a lo mejor nadie se acuerda de mí. ¿Notar envidias? No lo pienso, porque si no, no vivo.
-¿Cuánto pesa la presión de los medios?
-Mucho, pero estoy tranquila. No tengo por qué morderme la lengua por el hecho de ser novia de Iker. Le quito mucha más importancia de la que le dais vosotros.
-¿Devora cada línea que se refiere a usted?
-No, pero me entero, porque estoy diez horas al día frente a un ordenador en una redacción de informativos con siete televisiones colocadas en fila, así que os veo a todos. Es imposible controlarlo.
-Ha reconocido que durante el Mundial lo llegó a pasar mal...
-Fue la experiencia profesional más importante de mi vida y sí soporté una situación delicada, porque era una oportunidad para mí en un país muy lejano. Me enteraba de lo que se decía de mí a medias, fue muy duro. Se salió todo de madre.
-¿Pensó en tirar la toalla ?
-No, en absoluto. Además, tenía mucha confianza en la Selección y desde el primer partido, que perdimos, sabía que íbamos a remontar.
-Que le falte una asignatura para terminar la carrera de Periodismo se está convirtiendo en blanco de todos los dardos. Lo sabe, ¿verdad?
-Sí, y no encuentro misterio al asunto. No pude terminarla, como muchísimos compañeros, por la incompatibilidad de horarios. Comencé a trabajar muy joven, pero la quiero terminar.
-¿Siente que tiene que demostrar el doble por ser guapa y, además, la novia de Iker?
-No. Llevo siete años trabajando como periodista deportivo, tiempo que ha transcurrido antes de. En realidad, es poco tiempo, aunque estéis hartos de verme, yo también lo estaría. Lo único que me preocupa es que mis jefes estén contentos con mi trabajo.
-Hábleme de su colaboración en el programa italiano Premium Calcio, producido por el canal de Berlusconi.
-Lo ves, de eso nadie habla. Llevo dos tertulias, en las que hablo sobre la actualidad de la liga española, y estoy encantada.
-¿Qué expectativas profesionales tiene?
-Me encantaría en un futuro presentar un informativo completo. Aún me tengo que preparar, pero me gustaría hablar de otras cosas, no sólo de deportes.
-¿Hace quinielas cada semana?
-No, ya no.
-Cuando pasa por un quiosco se ve en las portadas de revistas de corazón, ¿qué se le pasa por la cabeza?
-Que a quién le interesará mi vida, pero lo asumo. Mi día a día es mucho más normal de lo que parece. Es súper aburrido, imagínate, me paso el día metida en la tele.
-Como periodista, ¿entiende el trabajo de los «paparazzi»?
-Algunas veces sí, otras no, pero prefiero no entrar en este tema.
-Sara, incluso su «look» es uno de los más copiados...
-Eso parece y me hace gracia. No me considero una «fashion victim». Me gustan las tendencias, como a todas las mujeres, pero sólo me preocupo en buscar prendas que me sienten bien. Me entusiasma la ropa muy básica, no arriesgo. Siempre visto de forma sencilla.
-¿Qué encontraría en su fondo de armario?
-Camisetas blancas de algodón, cardigans gorditos y vaqueros.
-¿Sus básicos de belleza?
-Un buen corrector, desmaquillador y una crema hidratante me parecen fundamentales. Y, por supuesto, una correcta alimentación.
-Pero, ¿cómo se cuida?
-Para perder todos los kilos que he bajado, la mejor dieta es la del estrés. Durante el Mundial mal vivimos un poco, porque comíamos tarde y por la noche nos cerraban los restaurantes. Y en cuanto al pelo, sí que utilizo champús y mascarillas hidratantes. Pensaba que era una tontería hacer uso de ellos con continuidad, pero claro que se nota.
-¿Se ha quedado en blanco en televisión alguna vez?
-Nunca, pero en un partido en la Europa League que no llevaba apuntes me puse nerviosa y lo pasé fatal.
-Y, ha grabado su primer anuncio. ¿Cómo ha sido la experiencia?
-Ha sido mi debut. Me sentí muy cómoda haciéndolo, pero tengo claro que no me voy a convertir en mujer anuncio.
-¿Qué le falta al Real Madrid para que Mouriño haga de él un equipo ganador?
-Tiempo para adaptarse, porque se han ido grandes jugadores, como Guti y Raúl, a pesar de que han llegado otros. Como calidad tiene de sobra, creo que sólo le falta eso, tiempo y adaptación.
-Aunque es precipitado, ¿se atrevería a decir quién ganará la Copa del Rey, la Champion y la Liga?
-No, pero creo que las tres alternativas de la temporada son Barça, Real Madrid y Atlético de Madrid, que va a dar una sorpresa.


«Fue algo muy espontáneo»
Durante el encuentro, todos los asistentes querían oír de su viva voz cómo fue el apoteósico momento que vivió en Suráfrica. Cuando su novio, Iker Casillas, ya campeón del mundo, se lanzó sobre ella y le dio, durante una pequeña entrevista que nunca llegó a su fin, el beso más visto de la historia de la televisión: «Es un capítulo ya antiguo, lo habéis visto todos mil veces. Fue algo muy espontáneo, que sucedió en plena euforia de la victoria. Habíamos ganado el Mundial. Yo me quedé, como visteis, muy sorprendida, pero, por favor, no he hablado nunca de ello y no lo voy a hacer ahora que ya ha pasado tanto tiempo».