Novela
Palabras que rechazo por Marina CASTAÑO
Desde que tengo uso de razón siento como que se me llena el cuerpo de sarpullido cuando oigo las palabras obediencia y sumisión. Y náuseas, también siento náuseas. Sin embargo, parece que fueran el norte de las mujeres del mundo musulmán. Al menos eso se desprende de una guía que han editado en Indonesia y en otros países de Malasia donde un ochenta por ciento de la población es musulmana, en la que se proponen instrucciones sobre cómo entretener, obedecer y dar placer a los maridos, así como facilitar la convivencia en el caso de matrimonios polígamos a través del sexo en grupo. «Las mujeres deben comportarse como expertas prostitutas en la cama para colmar los deseos de los hombres y mantener a las familias unidas», es la propuesta sobre la que se basa este manual tomando al pie de la letra la palabra de Alá cuando «garantizó al hombre la posibilidad de tener sexo simultáneo con todas sus esposas».
Siempre digo y sostengo que es una gran suerte haber nacido a este lado del occidente europeo y poder participar del resultado de tantos años de trabajo por la igualdad, aunque mucho queda por hacer todavía, si tenemos en cuenta los casos de violencia doméstica que contabilizamos al cabo del mes, pero, claro, en esto intervienen trastornos mentales y otro tipo de cuestiones extraordinarias al margen de lo habitual en la vida de la mujer del siglo XXI, en que los derechos reconocidos chocan de frente con esa guía que parece sacada de la Edad Media. Es lamentable que la penetración de movimientos feministas en mentalidades de ese corte sea mínima e inapreciable. Claro, la ignorancia y hasta el analfabetismo siguen presentes en una mayoría de mujeres incapaces de evolucionar.
✕
Accede a tu cuenta para comentar