Barcelona
Esteve Camps: «Acabar la obra en 15 años dependerá de los medios económicos y tecnológicos»
«La gestión de la circulación ante la Sagrada Familia no corresponde a la junta»
BARCELONA- Su antecesor en el cargo, Joan Rigol, se atrevió a apuntar que el templo de la Sagrada Familia podría estar listo en 15 ó 16 años. ¿Comparte esa fecha?
– Difíclmente encontrará un arquitecto que le diga cuándo se acabarán unas obras. Se lo pueden decir unos contratistas o una constructora, pero los arquitectos no por los últimos compromisos que pueden existir en la construcción de un edificio. La idea generalizada de que en 15 ó 16 años esté todo listo no quiere decir que esto sea así. Es una proyección, pero en ella tiene mucho que ver los medios económicos y tecnológicos necesarios para un edificio de las características de esta basílica.
– ¿Se atreve con una fecha?
– En primer lugar, tengo que decirle que en los distintos cargos en los que he estado me he marcado unos planes. Por ejemplo, en los primeros 100 días quiero conocer en profundidad a las personas, el proyecto, las etapas de construcción y los medios de que se dispone. Pasado este tiempo podré tomar decisiones.
– Uno de los problemas que se encontrará la Sagrada Familia en su recta final de construcción, es la eterna polémica de la fachada de la calle Mallorca. Esa manzana de casas no ayuda a crecer el templo. ¿Qué pasará con los vecinos?
– Si nos hubiéramos fijado desde el primer momento en la problemática de la calle Mallorca, evidentemente, ni se hubiera cubierto la Sagrada Familia, ni el Santo Padre hubiera podido dedicar la basílica. Creo que toda obra tiene unas etapas y en este momento estamos ante la construcción de las torres de los cuatro evangelistas, la de María y la de Jesús. Al mismo tiempo construimos la sacristía, que tendrá cuatro pisos de altura. Por eso, primero vamos construyendo lo proyectado y cuando llegue el momento se negociará con las autoridades y los vecinos. La Sagrada Familia está siempre abierta al diálogo y la colaboración.
– ¿No se marca como reto hablar con los vecinos y llegar a una solución sobre este tema?
– No creo que sea un reto. Es una situación a analizar, igual que se analizará el proyecto de construcción de las torres de los evangelistas. No es una prioridad principal.
– Una de las reclamaciones de los vecinos de la zona de la Sagrada Familia se refiere al turismo, especialmente la presencia de numerosos autocares que dificultan la movilidad. ¿Qué se piensa hacer?
– Siempre he dicho que queremos que Barcelona sea una ciudad turística. Tenemos la Casa Batlló, la Pedrera, el Park Güell y parece que solamente tengamos el problema de la Sagrada Familia. Nosotros somos un punto turístico más. Es un tema de urbanismo y de circulación que no corresponde al patronato de la Sagrada Familia. Es un diálogo con las administraciones para buscar las soluciones.
– ¿También con los vecinos?
– También con los vecinos. A veces se dice que hay vecinos que se quejan del turismo, pero hay otros que están muy contentos porque hay una serie de tiendas en el entorno de la Sagrada Familia que tienen vida.
– ¿Tiene previsto realizar cambios en la seguridad de la Sagrada Familia?
– Nuestra seguridad es ejemplar. No ha habido ningún problema. La visita del Santo Padre a la Sagrada Familia fue ejemplar en cuanto a la seguridad. Lo que no se puede controlar es a un loco que quiera provocar un incendio, aunque tenemos más control.
En primera persona
Mantener el nivel de Rigol
Esteve Camps llega a la Sagrada Familia tras haber estado vinculado con la Iglesia, especialmente la de Barcelona. En el pasado ha sido director de Centros Culturales Católicos de la delegación de Apostolado Seglar del Arzobispado, responsable de acreditaciones en el pasado viaje del Papa Benedicto XVI, y ha formado parte del equipo organizador de los actos en la basílica de la Sagrada Familia. «Espero poder mantener el nivel de lo hecho en estos años por Joan Rigol», asegura el responsable del templo.
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