Cataluña

Zapatero desvincula su reelección de un fracaso en las municipales

El paro, la polémica Ley Antitabaco, la prohibición de los toros en Cataluña, su sucesión dentro del PSOE y su candidatura a las próximas elecciones de 2012, las relaciones con la Venezuela de Chávez, el copago sanitario e incluso las aspiraciones del principal líder de la oposición, Mariano Rajoy.

Zapatero, en un momento de la entrevista hoy con Carlos Herrera
Zapatero, en un momento de la entrevista hoy con Carlos Herreralarazon

Nada se dejó en el tintero el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la entrevista que realizó ayer en Onda Cero. Una cita en la que tampoco faltó su habitual e incomprendido optimismo. Así, no dudó en valorar positivamente las últimas cifras del paro, pese a que éstas implican una subida del 4,5 por ciento respecto al año anterior.

Creación de empleo

Pese a que ayer se daba a conocer que 2010 cerró con 176.470 parados más que el año anterior y se colocó en su nivel anual más alto desde 1996, Rodríguez Zapatero se mostró optimista y se atrevió a vaticinar que en 2011 habrá «más oportunidades» para encontrar trabajo.

Asimismo, presumió de que la cobertura por desempleo es la más alta de su historia con un 75 por ciento de los parados recibiendo alguna prestación. Eso sí, justificó la supresión de la ayuda de 426 euros, ya que será sustituida por una política más activa de formación. Pero como los datos son los datos, el jefe del Ejecutivo reconoció, finalmente, que el paro es lo «que más le va a costar arreglar» a España.

Candidatura en el aire

Una vez más, el jefe del Ejecutivo se negó a dar pista alguna sobre si se presentará como candidato en los comicios generales de 2012 y aseguró que esa decisión no depende de los resultados de las próximas elecciones autonómicas y municipales. En general, según matizó, no depende de «circunstancias», sino de «convicciones», y no dudó en hacer suya toda la «responsabilidad» de lo que pase tanto en el Gobierno y dentro del PSOE.

Advertencia a Rajoy

En esta misma línea, Rodríguez Zapatero fue preguntado sobre sus posibles sucesores. Poco dijo el presidente del Gobierno sobre la idoneidad de José Blanco, Alfredo Pérez Rubalcaba o Carme Chacón, salvo que «todos» le gustan. Y aquí aprovechó para lanzar un aviso al líder de la oposición. Y es que al jefe del Ejecutivo no le sentaron nada bien las palabras de Rajoy, en las que afirmaba que le daba igual competir con Zapatero que con cualquiera de sus sucesores. Por ello le advirtió: «Sí, es verdad que da igual, pero da igual para que a lo mejor él no gane, que es la tendencia en la que habitualmente ha estado Rajoy». Y por si a alguien le quedaban dudas de su mensaje, matizó que «no es la primera vez que las encuestas predicen la victoria del PP, y ésta no se materializa en las urnas».

«No» al copago sanitario

Mucho se ha especulado en los últimos tiempos sobre la posibilidad de que el Gobierno instaurase la fórmula del copago sanitario en nuestro país. Ayer, el presidente del Gobierno quiso despejar cualquier duda y precisó que no contempla aplicar esta medida. Y es que, a su juicio, «los análisis ponen de manifiesto que el ahorro es muy pequeño» y, además, tiene el riesgo de desincentivar la prevención de la salud». Así, señaló que nuestro Sistema Nacional de Salud es «muy justo, gratuito y universal», por lo que favorece a los que menos capacidad de renta tienen.

Sin afán prohibicionista

El pasado 2 de enero entró en vigor la polémica Ley Antitabaco. Una normativa que engrosa la lista de prohibiciones del Gobierno en los últimos años. No obstante, y pese a la dureza de la medida y las quejas de los comerciantes que ven peligrar sus negocios, el jefe del Ejecutivo negó en la entrevista que la nueva ley sobre el consumo del tabaco obedezca a un «afán prohibicionista». Es más, vinculó esta medida con la obligación de «velar por la salud» de los fumadores pasivos. Así, tras reconocer que él fuma «muy poco», argumentó que está demostrado que el tabaco no perjudica sólo la salud de quien lo consume, sino también de quienes lo sufren «pasivamente». Y se mostró convencido de que, al menos, la normativa cuenta con el respaldo del «80 por ciento de los ciudadanos». Por otra parte, Zapatero quiso defender a la ministra de Sanidad, Leire Pajín, por sus últimas declaraciones y aseguró que ésta «no incitó» a los ciudadanos a convertirse en delatores de los fumadores.
Empobrecimiento

Lejos de meterse en arenas movedizas, el presidente pasó de puntillas por algunos temas como el del empobrecimiento de las clases medias o la inflación. Zapatero se limitó a decir que «el Gobierno es responsable de que suba el precio del petróleo» o que este país ha «fortalecido las políticas de cohesión y de protección social». Poco dijo también sobre el aumento de familias atendidas por Cáritas y Cruz Roja, salvo que es una situación que se mantiene «constante en los últimos años».

Culpa del sector privado

En su afán por delegar responsabilidades y culpas, el presidente del Ejecutivo señaló que el Estado llegó a esta crisis en una gran situación de «solvencia y con superávit», pero la economía española tiene el problema del «endeudamiento privado». Y se jactó al destacar que el sector público no ha perdido ni un solo euro ayudando a los bancos. Acto seguido, tras achacar los males de la economía al sector privado, Rodríguez Zapatero insinuó que las cajas de ahorros deben incrementar su capital «preferentemente» por esa vía privada tan endeudada, en lugar de recurrir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Un instrumento que fue creado, principalmente, para ayudar al sector financiero mediante el préstamo de dinero.


«Habría votado no» a la prohibición de los toros Cataluña
Pese a que en su día el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dio la callada por respuesta. Ayer, durante la entrevista que concedió a Onda Cero dejó claro que la fiesta taurina no debería haberse prohibido en Cataluña. Es más, aseguró que si él hubiese sido diputado en el Parlamento catalán habría votado «no». Zapatero puntualizó que «una cosa es que se tenga más o menos afición a los toros», pero en todo caso, deberían poder acudir a esta fiesta «las personas que quieran». Cierto es que estas declaraciones llegan a toro pasado, pero no dejan de tener su importancia por la contundencia de sus palabras. «Es una fiesta que tiene tradición», insistió el jefe del Ejecutivo, y finalizó: «Más allá de que guste o no, no se debería haber prohibido, y no estoy de acuerdo».