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El padre del niño fallecido en Suiza: Nos han matado al hijo por una negligencia
El padre del niño español de 6 años muerto este miércoles en Suiza a causa de una avalancha cuando esquiaba en Saas-Fee (al sur del país) denunció hoy la negligencia de los responsables de la estación como la causa de la muerte de su hijo.
"La conclusión que sacamos es que nos han matado al niño por la negligencia de algún imbécil", dice José, el padre de Rodrigo en una conversación telefónica desde Lausana en la que pide difundir únicamente su nombre de pila y el de su hijo.
José anunció que está en contacto con un abogado para presentar hoy mismo una denuncia contra los responsables de la estación de Sans Fee, a los que acusa de actuar de manera negligente antes y después de la avalancha: "No queremos que les salga gratis".
Procedentes de Valladolid, José, Rodrigo y la madre del pequeño pasaban las vacaciones del puente de la Constitución en Saas Fee y en la mañana del miércoles el pequeño subió a las pistas en una de las cabinas con una monitora para un curso de dos horas y media.
"No quise acompañarles, porque si iba con ellos el niño querría estar conmigo todo el rato y no se soltaría tanto", recuerda José, que decidió subir en la siguiente cabina un cuarto de hora después.
Según su relato, cuando él subió, en torno a las 10.20 de la mañana, ya vio que se había producido la avalancha, pero no le dio importancia, pensando que habría ocurrido durante la noche.
"Estuve incluso esquiando por la zona donde había ocurrido y no vi a nadie adoptando medidas especiales. Lo que sí me sorprendió fue no encontrármelos en ningún momento, pero como había mal tiempo, con ventisca, pensé que se habían quedado abajo a practicar".
"A las 12.30, y a la vista de que no aparecían, llamé a mi mujer para preguntarle si los había visto y fue cuando ella me dijo que le habían informado de que se había producido una avalancha".
"A la una de la tarde me dijeron que bajara, que la policía quería hablar conmigo, pero yo decidí subir y cuando llegue arriba me encontré con que el personal de la estación no me dejaba salir".
"Serían en torno a las 13.15, y en ese momento me preguntaron por el nombre de mi hijo, que llevaba su nombre escrito en el casco. Cuando les contesté me dijeron que estaban tratando de devolverlo a la vida. Yo les pregunté directamente si estaba vivo o muerto y, tras dudarlo unos momentos, me dijeron que estaba vivo".
Sin embargo, José no se pudo acercar hasta Rodrigo, que fue trasladado de urgencia a un centro hospitalario cercano.
Dada la gravedad de la hipotermia que presentaba decidieron trasladarlo en helicóptero hasta el Centro Hospitalario Universitario de Vaud, en la ciudad de Lausana, adonde los padres llegaron un par de horas después por carretera en un coche de la policía.
José considera que hay una negligencia doble, porque no se actuó de inmediato en una zona que había registrado una avalancha y sobre la que él y otros esquiadores pasaron después con normalidad, y porque la alerta de avalancha no se activó oficialmente hasta las 11.45, es decir, más de una hora después de que ocurriera, según sus cálculos.
El padre del menor fallecido estima que su hijo estuvo sepultado bajo la nieve entre una hora y media y dos horas, y no durante media hora, como dicen los responsables de la estación, ni durante 45 minutos, como asegura la policía del cantón de Valais.
"Cuando les dije en el hospital de Lausana que no me cuadraba el grado de hipotermia que tenía mi hijo y el rato que decían que había estado bajo la nieve, me dijeron que tenía más sentido mi versión".
"Mi hijo llegó a Lausana con una temperatura corporal de 14 grados y estuvo siete horas con el corazón parado. Los médicos consiguieron subir lentamente la temperatura hasta los 32 grados y en ese momento el corazón volvió a latir", relata José.
"En ese momento me advirtieron de que su situación era crítica, que se podían producir hemorragias internas, pero que había que esperar que pasara la noche para poder hablar de estabilización y luego considerar el grado de las lesiones cerebrales sufridas".
"Pero lamentablemente, no pudo ser, pese a que en el hospital hicieron todo lo posible por salvarle. Estamos preparando los papeles para regresar mañana mismo a casa. Vinimos de vacaciones y nos volvemos a España con nuestro hijo en un ataúd", lamentó José.
La avalancha ocurrió a una altitud de 2.900 metros en medio de una fuerte ventisca, por lo que se cuestiona también la decisión de subir tan arriba por parte de la monitora, que quedó parcialmente enterrada por la nieve, pero que, según José, estuvo vagando conmocionada por la estación durante varias horas tras el suceso.
"La policía estuvo buscándola durante un buen rato y tardaron horas en dar con ella", señala.
La agencia local de noticias ATS indicó que la avalancha pudo estar relacionada con las condiciones meteorológicas, ya que la nieve caída en los últimos días reposa sobre una capa anterior de escaso espesor, lo que produce una gran inestabilidad.
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