Sevilla

Andalucía aguantó la presión

En Aragón y Galicia, donde Rubalcaba era el favorito, hubo trasvase en el último minuto en favor de Chacón. Madrid y Valencia votaron partidas y las dos Castillas y País Vasco, en bloque al ganador

Andalucía aguantó la presión
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Que gana Chacón; no, es Rubalcaba por 16; que no, que son 22... Si la tensión fue protagonista del congreso desde que empezó, el recuento que siguió a la votación fue de infarto. El resultado se supo con tres de retraso sobre la hora prevista y los rumores dieron rienda suelta a la imaginación entre un expectante plenario. Tanto que se llegó a hablar de impugnación, de segundo y hasta de tercer recuento porque el equipo de la ex ministra no estaba de acuerdo con el primero. Todo fue negado, después, cuando se alegaron sólo problemas técnicos. Ni cobertura de móviles, ni sistemas informáticos. El exceso de inhibidores y la falta de presupuesto para reforzar el wifi y el 3G convirtieron aquello en una pesadilla para informadores y delegados hasta que llegaron los datos oficiales. No hubo manera de filtrar un solo avance. Ya se cuidaron de ello.

Y más allá de la anécdota se sabía que Andalucía era clave en la victoria y así fue. Y aunque nadie creyó en la «neutralidad activa» declarada por José Antonio Griñán, el recuento de la secretaria de Organización andaluza, Susana Díaz, tenía apabullados a los de Rubalcaba. Pero al final fallaron los números, quizá las tácticas, utilizadas en las últimas horas previas al cónclave. De nada sirvieron, pues, ni las demostraciones de fuerza de Chacón en esta federación ni los chantajes, amenazas o excesos de persuasión que practicaron desde el «aparato» regional. Aquellos a quienes habían supuestamente intimidado con la pérdida del puesto de trabajo reaccionaron en sentido contrario al esperado, aguantaron la presión y votaron a Rubalcaba. Ocurrió sobre todo en las provincias de Málaga y Granada. Y eso permitió al nuevo secretario general, según los cálculos de sus expertos en recuento, imponerse a Chacón en Andalucía por seis u ocho votos.

De este modo Griñán, a las puertas de unas elecciones autonómicas, aparece como el gran derrotado de este cónclave porque, aunque nunca lo declaró en público, trabajó activamente por la opción de la ex ministra de Defensa. Gaspar Zarrías, hombre de confianza de Manuel Chaves y eterno muñidor del territorio, supo por su parte controlar bien a cada delegado que le había prometido al ex vicepresidente del Gobierno.

Todas las estimaciones sobre el recuento nunca podrán ser confirmadas, ya que el voto fue individual y secreto. Aún así los «aparatos» tienen sus fórmulas y por eso los de Rubalcaba creen además que se produjeron algunas fugas de votos en Aragón y en Galicia en favor de Carmen Chacón. Y esta circunstancia fue la que hizo que se acortara considerablemente la ventaja que los de Rubalcaba cifraron inicialmente en 100 votos, y luego redujeron a unos 30 o 40.

Por lo demás, cada delegación votó según lo previsto. Cataluña mayoritariamente a Chacón, con un par de excepciones; Madrid, completamente dividida; Castilla-La Mancha y Castilla León, a Rubalcaba con claridad; Valencia, partida por la mitad y el País Vasco, en bloque también por el ya secretario general. Hay barones que, además de Griñán, salen también tocados de este cónclave. Más de uno ve peligrar, con razón, la secretaría general. Es el caso del madrileño Tomás Gómez, cuya apuesta contra Rubalcaba, pagará, según fuentes del PSM, «más pronto que tarde». Barreda, amigo personal de Chacón, dejará –en este caso voluntariamente el liderazgo de Castilla-La Mancha– y para sucederle hoy está más fuerte que ayer el alcalde de Toledo, Emiliano García Page, por su contribución a la causa «rubalcabista».


Los perdedores
Al Congreso Federal del PSOE le seguirán el próximo mes una docena de cónclaves regionales, donde se ajustarán, seguro, cuentas. La batalla más dura será, sin duda, Andalucía, donde los «chavistas» y «griñanistas» se están ya esperando. Griñán sale debilitado tras esta cita y a un mes escaso de las elecciones andaluzas. Y qué decir del madrileño Tomás Gómez, que votó más contra Rubalcaba que a favor de Chacón. En la batalla se ha dejado a más de un 45 por ciento de la federación y al resto puede perderla en unos días. Habrá relevo en Madrid, seguro. También en Castilla-La Mancha, donde García-Page gana enteros para suceder a Barreda tras su apoyo a Rubalcaba.