Trípoli

Reconstruir lo destruido

La Razón
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Los principales objetivos de los países que han apoyado la rebelión en Libia, pero también de aquellos que no lo hicieron, serían cazar al dictador e intentar sacar algún beneficio económico cuando termine una guerra civil en la que han muerto al menos 20.000 personas. El siguiente paso es encontrar a Gadafi, pues aunque el mandato de la ONU impedía desplegar tropas por tierra, no decía nada en contra de usar personal de los servicios de Inteligencia. Y después, controlar el petróleo o, por lo menos, no perder los contratos firmados con Gadafi, que, según aseguran ahora, los rubricaron con el país y no con el sátrapa.
A continuación llegaría la reconstrucción de la nación norteafricana, devastada por el conflicto. El eje franco-británico ha puesto en marcha la conferencia de amigos de Libia, que comenzará a gestarse el 1 de septiembre, y donde los rebeldes dirán cuáles son sus necesidades. Al encuentro acudirán representantes de países que han participado en la ofensiva, pero también China, Rusia, India y Brasil.
Y es que tras un conflicto armado hay que reconstruir lo destruido y eso es sinónimo de dinero para quien efectúe los trabajos. Probablemente ya no habrá sorpresas sobre el final de la guerra, pese a la proclama hecha ayer por Gadafi a sus seguidores. Pero aún existen focos de resistencia en el sur de Trípoli, en Sirte y en otras partes del país. Quizás se hayan precipitado, o no.