Escoltas

El Diccionario de la RAE define escolta como «Persona o conjunto de personas que protegen a determinadas personalidades, en previsión de posibles atentados». Palabra clave: «proteger». Con motivo de la muerte de la madre de mi entrañable amigo Julio Corrochano, el mejor jefe superior de Policía de Madrid desde la llegada de la democracia, he tenido ocasión de encontrarme con una serie de escoltas que fueron alumnos míos en el curso 2002-2003. Cuando se produce un atentado con resultado de muerte todos morimos un poco y nuestra democracia se resiente en sus fundamentos. Estos profesionales no sólo protegen a determinadas personas, sino que nos defienden a todos. Muchos hemos creído el tópico en el colegio de que los «cachas» eran cortos de inteligencia y violentos. Pues bien, personas como Fernando Raya, José Manuel Cantero, Jacinto Sabugueiro, Luis M.ª Vicente, José Andrés Muñoz, Vicente de la Cruz o Juan Antonio Gómez, entre otros, rompen este molde. Con ellos aprendí muchísimo más durante aquel inolvidable curso de lo que pudieron sacar en claro de mis clases. Personas todas ellas íntegras moralmente, con una inteligencia sutil y preventiva, auténticos armarios físicos la mayoría, pero con un corazón más grande aún y con un equilibrio emocional digno de encomio.
Se estaban preparando para el acceso a la universidad de mayores de 25 años y las clases ocupaban toda la mañana del sábado. Y ahí estaban, algunos con los ojos enrojecidos por haber tenido servicio nocturno. Respetuosos y con ganas de aprender. Hoy los cuento orgullosamente entre mis amigos y, cuando los veo, un estremecimiento de orgullo recorre mi cuerpo porque son todos, además de excelentes profesionales (muchos en puestos de responsabilidad), unas extraordinarias personas.