Champions League
El Real Madrid enjaula al Lyon (4-0)
Benzema «quitó» el puesto a Higuaín y marcó; también Khedira, Özil y Sergio Ramos, el mejor
Benzema por Higuaín, Di María por Kaká, Khedira por Lass y Özil, liberado de la banda. Otro Madrid con futbolistas también indiscutibles y determinantes. Hay plantilla. Pero sólo caben once, y como el Olympique de Lyon no es aquel coco que asustaba con Juninho Pernambucano, Mourinho introdujo variantes confiado en el éxito. A los 19 minutos (gol de Benzema) ya ganaba 1-0 y Casillas no había intervenido. Ni el Lyon ni el Ajax ni el Dinamo de Zagreb van a inquietarle en el grupo D. Después de tres partidos es primero y así, con fútbol solvente, dominio incuestionable y una tremenda facilidad para hacer goles (4-0, incluso marcó Ramos, el mejor) accederá sin apuros a los octavos de la Liga de Campeones, salvo catástrofe.
José Mourinho está casado con Matilde y con nadie más. Bueno, quizá un poco con Lass Diarra. No hay un solo jugador en la plantilla que se atreva a exigir la titularidad casi por contrato, o el traspaso. Este verano, Lass decidió venderse, bebía los vientos por regresar a la «Premier», no tuvo cuerpo para ir de gira y no atendió al interés de su entrenador por mantenerle en el club. Pensó que salir del Madrid le iba a resultar sencillo, que por ahí atan a los perros con longaniza. No prosperaron las negociaciones, renovó su ilusión por el Bernabéu, no pidió excusas y en cuanto estuvo listo para jugar, a «Mou» le faltó tiempo para alinearle. Si no fuera porque el único jugador que no se ha perdido un partido es Xabi Alonso, podría pensarse que el ojito derecho del entrenador es Lass, ahora lesionado. Con el resto alterna palo y zanahoria, titularidad y suplencia, con unos más que con otros, y el triplista Higuaín no ha sido una excepción. Benzema salió del once por enfermedad y la inspiración de su compañero argentino no le ha desplazado. Contra el Olympique de Lyon jugó Karim. En el banquillo, «Pipita».
Este Madrid tiene más recursos humanos que tácticos. Ha adoptado el contragolpe como forma de vida; domina la especialidad, dispone de la mano de obra adecuada y las más de las veces rinde al adversario por velocidad y verticalidad. Huye de la transición. No necesita jugar como el Barça para ganar. El problema de la estricta aplicación del contraataque surge cuando el rival renuncia al campo y a la pelota.
Antes del partido, los del OL, equipo que ha dado un paso atrás en el escalafón del fútbol francés, al perder poder adquisitivo, y se ha quedado a la zaga del Marsella y del PSG, no ocultaron sus planes: un empate. En fútbol ya se sabe, el que sale a empatar suele perder. Rémi Garde metió al equipo atrás, que soportó el acoso madridista y adjudicó el papel estelar al meta Lloris.
El portero francés tenía tarea. No sólo se enfrentaba al Madrid, también a los reyezuelos que anidan en el fútbol cuando la competencia es descarnada. Cristiano Ronaldo terminó el partido con el Betis con gesto serio, demasiado trascendente después de haber regalado sendos goles a Higuaín y a Kaká. Pero él no metió ninguno. He ahí el problema. A Lloris le disparó desde todo el frente e incluso el costado. «CR7» no lucha por sobrevivir sino por sobresalir y por escuchar, quizá, que en algún campo a Messi le llamen Cristiano. No disimula su disgusto cuando no acierta; es competitivo al mil por ciento. Es diferente, por ejemplo, a Benzema, aunque éste también libra una pelea interior, la suya por reconquistar el puesto que con todo derecho le discute Higuaín. Hizo el 1-0, intentó marcar el segundo cuando debió centrar y otro se lo anularon porque Alonso se precipitó al sacarle una falta.
Es posible que Mourinho le reprobara en el descanso; si lo hizo, escuchó; si no, recapacitó. Sólo dos minutos después de salir, Karim regaló el 2-0 a Khedira. Con este segundo tanto el partido estaba resuelto, porque el Madrid no cedía terreno y el Olympique no sabía cómo salir del suyo.
Luego llegó el tercero, de Özil, un dominio abrumador y relevantes detalles, como el extraordinario rendimiento de Sergio Ramos en el centro de la defensa. Corrigió un par de yerros de Pepe, aseguró la zaga, subió con criterio, marcó un gol y su salida desde atrás con el balón, encomiable.
Con 3-0, Mourinho hizo cambios, cantados: el de Coentrao por Khedira (con una brecha que le hizo Pepe), el de Kaká por Özil y el de Higuaín por Benzema. Casillas continuó como testigo, Sergio Ramos rubricó su partidazo con un gol y el Lyon, que diría Piolín, no pasó de ser un lindo gatito.
Ficha técnica:
4 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Marcelo; Khedira (Coentrao, m.61), Xabi Alonso, Di María; Özil (Kaká, m.67), Cristiano Ronaldo y Benzema (Higuaín, m.72).
0 - Lyon: Lloris; Réveillère, Koné, Lovren, Cissokho; Fofana, Källström; Briand, Gourcuff (Ederson, m.67), Bastos; y Gomis (Dabo, m.80).
Goles: 1-0, m.19: Benzema. 2-0, m.48: Khedira. 3-0, m.55: Özil. 4-0, m.81: Sergio Ramos.
Árbitro: Cuneyt Cakir (TUR). Amonestó a Xabi Alonso (40) y Cristiano Ronaldo (85) por el Real Madrid, y a Briand (75) por el Lyon.
Incidencias: encuentro correspondiente a la tercera jornada de Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 73.000 espectadores.
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