Estados Unidos
Ellos también quieren mimos
Un estudio de la Universidad de Indiana entierra el mito de que a ellas les gustan las caricias tras una sesión de sexo. Los abrazos y los besos son el postre preferido también para los hombres
Esa mirada que anhela la vanagloria por «regalarle» un orgasmo. El gesto ufano tras haber disfrutado y hecho disfrutar... Y media vuelta en la cama para digerirlo. No es él, sino ella la que tira de la sábana y se queda tan ancha. Él quiere «mimos» postcoitales.
Al menos así lo revela un estudio liderado por la Universidad de Indiana, junto con otras instituciones internacionales.
Según se desprende del trabajo, las muestras de afecto como besos, caricias y abrazos son más importantes para los hombres que para las mujeres. De hecho, los que los reciben son, según el análisis, tres veces más felices de media que los que tienen parejas suspensas en romanticismo.
Eso es lo que manifestaron los más de 1.000 participantes de cinco países, entre los que se encuentra España. Japón, Alemania, Brasil y Estados Unidos completaron la lista de mimosos. Julia Heiman, del Instituto Kinsey y principal investigadora del estudio, explica a este semanario que «las parejas japonesas parecían estar mucho más satisfechas y felices con su relación. Aunque la muestra no significa que se pueda generalizar».
El primero
Se trata del primer estudio que examina los parámetros sexuales en las relaciones ya consolidadas, con una media de 25 años de duración. Manuel Lucas, presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología, explica que «la mujer, con los años y la experiencia, se da cuenta de que debe recuperar la iniciativa y expresar sus necesidades y formar parte activa en la relación sexual. Con esta acumulación de sabiduría disfruta más».
En el transcurso de este lapso de tiempo, William Fisher y y Michael Sand, coautores del trabajo también observaron, junto a Heiman, que en los hombres no sólo aumentaba la satisfacción sexual, sino que eran más felices. Mientras que ellas, aunque también se mostraban más satisfechas en la cama pasados los años, no mostraban especialmente más felicidad.
Desterrando mitos
Tal vez sea culpa de una herencia cultural un tanto machista en el ámbito sexual la que ha alimentado el mito de que son ellas las románticas y tiernas que disfrutan con las caricias en la cama. Con este estudio se entierra el mito. Lucas argumenta que «en una cultura en la que la responsabilidad del encuentro la tiene el varón, que debe dar placer a la mujer y producirle un orgasmo, al final se olvida de sí mismo». «Su sensación de placer propia se bloquea y adormece, de ahí que parezca que ellos son más fríos», concluye.
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