Déficit autonómico
Más liquidez y más recortes por Sergio ALONSO
Como viene siendo tradición , y no parece haberse alterado con la llegada del nuevo Gobierno, las iniciativas sanitarias de calado no proceden del departamento del ramo, sino de los Ministerios de Economía y Hacienda. Mientras Sanidad seguía mareando la perdiz y trataba de deshojar aún la margarita para ocupar la Dirección General de Farmacia, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro cogían el toro por los cuernos y afrontaban con la celeridad de un rayo uno de los grandes retos que tendrá España en los próximos cuatro años: el de salvar de la bancarrota a las endeudadas comunidades autónomas. El acuerdo alcanzado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera –no en el Interterritorial de Salud, que se mueve a paso de tortuga–va precisamente en esa dirección y constituye una gran noticia para el sector sanitario, lastrado por los retrasos en los pagos de las Administraciones territoriales. En principio, el Estado facilitará líneas de crédito y sufragará anticipos, lo que dará oxígeno a las arcas autonómicas, inmersas en un duro proceso de ajuste para no incurrir en más déficit. Dicho en plata: en teoría, las empresas cobrarán la deuda algo más rápido y gozarán de mayor liquidez, lo que no es moco de pavo para las más pequeñas, abocadas al despido de trabajadores por falta de «cash» y las restricciones a los créditos. La mala noticia de la reunión del Consejo de Política Fiscal para las compañías que operan en el sector es que las administraciones que reciban tales ayudas quedarán obligadas a apretarse el cinturón. Si se desvían, sus cuentas podrán ser virtualmente intervenidas. Esto significa que a partir de ahora se acabarán las alegrías en la contratación pública de productos y servicios. Las empresas cobrarán antes, pero se verán obligadas a vender menos. Habrá, pues, duros recortes.
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