Barcelona

Congreso Eucarístico

La Razón
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El próximo fin de semana se va a celebrar, en Toledo, un nuevo Congreso Eucarístico Nacional con el lema «Me acercaré al altar de Dios, la alegría de mi juventud». Un acontecimiento importante con el que culmina la aplicación del Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española para el último quinquenio, cuyo objetivo principal era «vivir de la Eucaristía».Un Congreso Eucarístico Nacional constituye para todos, para toda la Iglesia en España, un acontecimiento de gracia. Es sin duda alguna, un gran don del Señor que no debería pasar desapercibido. Durante unos días, Toledo va a acoger y hacer visible, de alguna manera, a toda la Iglesia en España en torno a la Eucaristía, que es el centro, la fuente y la meta, el núcleo de toda ella. Un Congreso Eucarístico Nacional es, en efecto, una asamblea de todas las diócesis de nuestro territorio alrededor de la mesa de la Palabra de Dios y del Pan de la Vida, sacramento de unidad y vínculo de amor que se extiende a todos.La Iglesia en España, reunida en torno a su Señor, celebrando y participando de la Eucaristía, adorando al Señor en un mismo lugar, quiere expresar que toda ella es, en Cristo y por Cristo: adoración, alabanza, acción de gracias, obediencia y don entero de sí al Dios único y verdadero. Por la Eucaristía, en efecto, la Iglesia ofrece el sacrificio de alabanza en acción de gracias por todo lo que Dios ha hecho de bueno, de bello, y de justo en la creación y en la humanidad.Inseparablemente, junto a la adoración y a la acción de gracias, en la Eucaristía se aúnan el amor y el servicio real a los hombres, por la comunión renovada en el Cuerpo entregado y en la Sangre derramada de Jesucristo en favor de todos los hombres, para el perdón de los pecados y la reconciliación y la paz entre los hombres, para que todos los hombres tengan vida, vida eterna y en abundancia de plenitud. La Eucaristía introduce y hace participar en el amor de Cristo, que se ha dado por nosotros, los hombres, hasta el extremo del sacrificio de sí mismo en la Cruz y, por ello, nos conduce a hacer lo mismo en la donación y entrega total de cada uno a los hermanos, para recrear nuestra sociedad, y renovar el tejido social en el que vivimos. En la Eucaristía radica la entraña misionera de la Iglesia; en ella encuentra la Iglesia la fuente y la cumbre de toda su misión y obra evangelizadora, el impulso y aliento para una nueva y renovadora evangelización de nuestro mundo. Acercarse, participar y vivir la Eucaristía y de ella es la fuente de la alegría y de una renovada juventud en la Iglesia.Se celebra este Congreso Eucarístico coincidiendo con los últimos días del Año sacerdotal, que se clausurará en Roma el 11 de junio por el Papa Benedicto XVI: la Eucaristía es inseparable del sacerdocio y el sacerdocio de la Eucaristía; fortalecer el sentido eucarístico hará florecer nuevas vocaciones y fortalecerá la vida y la santidad sacerdotal. Coincide también con el Año Santo Compostelano, que nos evoca los fundamentos de nuestra fe y de nuestra primera evangelización llevada a cabo, según la tradición, por el Apóstol Santiago, reto que hoy sigue vivo y que es inseparable siempre de la Eucaristía: recuperar el vigor de una fe vivida para evangelizar de nuevo, como en los primeros tiempos, es el gran desafío para la Iglesia en España, hoy, inseparable del vivir de la adoración y de la Eucaristía. Coincide, además, con la visita, en el mes de noviembre a Santiago y Barcelona, del Papa Benedicto XVI: lo mismo que esta visita fortalecerá, con nueva fuerza, nuestra comunión con toda la Iglesia universal, el vínculo de comunión que es el sucesor de Pedro, y nuestra adhesión inquebrantable, nuestro afecto hacia él, al tiempo que reavivará las raíces que nos fundamentan y hará poner nuestra mirada en el Templo expiatorio de la Sagrada Familia, con todo su significado para el hombre y la cultura de hoy, también la Eucaristía es el misterio de la comunión que nos hace ser Iglesia, el misterio de nuestra fe sobre la que se asienta la Iglesia, y la fuente para una nueva evangelización de los hombres, de la familia y de la cultura.Todo ello está implicado en este Congreso Eucarístico Nacional de Toledo, en 2010, que se celebra, además, un año antes de la Jornada Mundial de la Juventud, en agosto de 2011, y que servirá también de preparación de los jóvenes, para su Jornada Mundial y para que se acerquen al altar de la Eucaristía que les llenará de alegría y de esperanza. No podemos olvidar, por último, que este Congreso se celebra en tiempos difíciles para España, inmersa en una situación de crisis económica, social y moral, que encontrará en la Eucaristía la fuente de un renovado amor, la urgencia de un compromiso mayor de amor con todos los que más sufren las graves consecuencias de esta situación, la exigencia más fuerte para una ayuda cada día más efectiva y profunda en favor del bien común, y la raíz de una esperanza, en quien únicamente podemos encontrar la esperanza: en Dios que es Amor, en la presencia permanente de Cristo entre nosotros que no nos deja nunca.No deberíamos dejar pasar este Congreso sin que nos abramos al don que Dios nos ofrece.