Barcelona

El Papa de la palabra

La Razón
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Apocas horas de la llegada de Benedicto XVI a España el ambiente siempre expectante comienza a convertirse en un auténtico clamor. La presencia del Papa en Santiago y en Barcelona, como siempre, ha provocado una gran expectación que está por encima de creencias, de filias y de fobias. La estancia de Benedicto XVI entre nosotros el próximo fin de semana rebasa toda etiqueta humana. Está por encima de los repartos terrenales.
Se ha dicho y se ha escrito que este Papa no es el Papa de los gestos, es el Papa de la palabra. Esta afirmación, que, a primera vista, puede parecer un simple titular mediático, tiene una trascendencia magnífica. Benedicto XVI, un Pontífice de una sólida doctrina, brillante intelectual, buscador incansable de las ideas más pedagógicas para explicar la Fe, humilde pastor que comprende a todos y que no rechaza a nadie, se ha convertido en un referente para todos –católicos y no católicos– en el siglo XXI.
Benedicto XVI vuelve a España. Estuvo en Valencia, ahora visitará Santiago y Barcelona, y el próximo verano estará en Madrid. Desde luego está claro que este Papa quiere y cuida a España; pero además con sencillez y con claridad ha sabido ganarse el corazón de todos. En estos momentos en que las turbulencias políticas, sociales y económicas han puesto patas arriba muchos principios que hasta ahora habían sido intocables, las visitas del Papa han conseguido que, con todo y con todos, las cosas poco a poco se hayan podido ir reconduciendo. Sin espectáculo, sin ruido, sin tambores. El trabajo pastoral de Benedicto XVI se ha fundamentado y se fundamenta en una argumentación clara y precisa de la doctrina de la Iglesia, que llega a todos, que convence a muchos y que siempre provoca un inquebrantable respeto hacia su persona y hacia su palabra.
Discursos impecablemente armados. Palabras rebosantes de respeto para todos. Argumentos nunca impositivos. Explicaciones animantes y llenas de esperanza. El Papa de la palabra, el Papa de la razón, el Papa de la Fe, el Papa de la explicación concienzuda que llega por igual a un niño que a un erudito profesor universitario. Ésa es su grandeza. Nunca renuncia a la profundidad de las enseñanzas, pero siempre llega a todos. Con la misma intensidad, con la misma fuerza y con la misma ilusión.
En esta ocasión, además, el Papa visita dos lugares con un significado especial. Santiago de Compostela, que está celebrando el Año Santo, y Barcelona, donde va a consagrar la Basílica de la Sagrada Familia, un templo de piedra construido como ejemplo de la catequesis cristiana por el empeño de Antonio Gaudí. Una visita de treinta y dos horas que con toda seguridad podemos decir ya que va a tener una dimensión y una trascendencia que ahora mismo no podemos calcular.
Benedicto XVI, el Papa de la palabra, nos va a dejar la fuerza de un Pontífice que llega a todos. Absolutamente a todos sin excepción.