País Vasco

El euro por receta tiene los días contados

El PP negocia con CiU suprimir la tasa a final de año. Mas defiende los recortes para evitar el «colapso»

El euro por receta tiene los días contados
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BARCELONA– Los discursos de Artur Mas de los últimos tiempos son como las películas de «Rocky», no cambian de guión. En su comparecencia de ayer ante el Parlament de Cataluña para defender la tercera oleada de recortes, valorada en 1.500 millones de euros, volvió a exponer un relato conocido, que la Generalitat se ve obligada a presentar un nuevo plan de ajuste para evitar el «colapso total» de sus finanzas y que sea «expulsada del sistema». Como le sucede al protagonista de toda historia, la Generalitat tiene su némesis, el Gobierno, al que Mas acusó de no pagar las deudas que tiene con Cataluña –970 millones– y de centrifugar el déficit hacia las Comunidades Autónomas de un modo «escandaloso».
Pero a diferencia de la película protagonizada por Silvester Stallone, la solución no pasa por subirse a un cuadrilátero, según la Generalitat, pasa por conseguir el pacto fiscal. Ya le podía recordar la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que el País Vasco, con el concierto económico, tiene una deuda del 10 por ciento, y Madrid, que se rige por el régimen común, del 8 por ciento –la deuda de Cataluña es del 21 por ciento de su PIB–. Mas insitió que con el pacto fiscal, la Generalitat no tendría que haber hecho el «gigantesco» esfuerzo para reducir en dos años entre 3.000 y 5.000 millones del presupuesto.

Los ssfuerzos implican a la ciudadanía, como pagar un euro por receta médica, una medida que pese a estrenarse hace dos semanas –la primera semana, la Generalitat reacudó 1,3 millones de euros–, ya tiene fecha de caducidad. Si no hay cambios de última hora, CiU votará hoy a favor de una propuesta de resolución del PP que aboga por suprimir la tasa, «como máximo el 31 de diciembre», para evitar el doble gravamen tras la entrada en vigor del copago sanitario y la exclusión de 426 medicamentos del sistema de financiación público.

Fuera del hemiciclo
La de ayer fue una jornada en la que se cocieron más pactos fuera que dentro del hemiciclo. El artífice del acuerdo fue el portavoz de los populares, Enric Millo. Siempre con discreción, se reunió primero con la presidenta del PP catalán en el bar de Parlament, tras la intervención de Sánchez-Camacho, que emplazó a Mas a suprimir el euro por receta y buscar fórmulas alternativas para ingresar los 50 millones de euros que la Generalitat prevé recaudar con el tique moderador. Luego se vería con representantes del partido de gobierno y de la oposición, con la que iba a pactar un frente unitario para exigir «ipso facto» la supresión del euro por receta.
Como para suprimir la tasa era necesaria una modificación legal que requería al menos tres meses, el PP acordó con CiU que a finales de año valorarán si los objetivos de ahorro del euro por receta han dado sus frutos, y, de ser así, estudiarán eliminarlo. El PP sopesa que cuando llegue la hora de hacer balance, la Generalitat comprobará que se ahorra más dinero con el copago sanitario de Rajoy –240 millones– que con el euro por receta –50 millones–.

E PP permitió que saliera adelante la Ley de Acompañamiento Presupuestaria, que recoge el euro por receta médica, aunque logró retrasar su aplicación hasta verano. Ayer Sánchez-Camacho propuso a Mas suprimir la tasa, a cambio de reducir la partida de subvenciones «identitarias», que cifra en 600 millones, y afrontar la reestructuración de empresas y agencias públicas, y de los medios de comunicación catalanes.

Tras conocer el nuevo acuerdo entre CiU y PP, los otros grupos de la oposición presentaron sus propias propuestas. El PSC reclama al Govern que elimine el euro por receta para «evitar el doble pago farmacéutico en Cataluña». ICV apremia para que la tasa desaparezca antes de un mes, mientras que ERC aboga por seguir la estela del gobierno del País Vasco que incumplirá el copago sanitario estatal. De nuevo, para que no se diga que el gobierno de CiU es menos soberanista que el de Patxi López, Mas alegó que la Generalitat no puede seguir el ejemplo del País Vasco porque «no tenemos pacto fiscal».

Deshojar la margarita
Aunque el día acabó con un apretón de manos entre CiU y PP, antes se cruzaron duras críticas. Nacionalistas y populares siguen deshojando la margarita, un minuto se quieren, y al siguiente ya no.

Mas acusó a Rajoy de centrifugar el déficit estatal a las autonomías en ámbitos como la educación, la dependencia o las infraestructuras, además de llamarle moroso por no pagar a Cataluña las deudas en infraestructuras. Y Sánchez-Camacho le respondió que no acuse de todos los males que tiene Cataluña al Gobierno, a la vez que le reclamó «lealtad» para salir juntos de la crisis. La presidenta del PP recordó a Mas que no es el presidente de un Estado, que «el barco es de todos» y que no va a salir solo de la crisis. En lo que coincidió Mas con el Gobierno es en que necesita más tiempo para reducir el déficit.

 

El ajuste, departamento a departamento
- El conseller de economía, Andreu Mas-Colell, explicó ayer los detalles del tercer plan de ajustes que el gobierno de Artur Mas ha llevado a cabo desde que accedió a la Genaliralitat.
- La tercera oleada de recortes permitirá ahorrar 1.725 millones de euros. El gobierno catalán ha aplicado un nuevo recorte de 1.500 millones; los órganos superiores del Parlament, 25 millones más, y, a través de los fondos de contingencia, Cataluña ahorrará 200 millones de euros.
- Presidencia recortará 25 millones de euros en gastos institucionales, reduciendo subvenciones y gastos en la Agencia Catalana de Cooperación y Desarrollo, además de la Agencia Catalana del Agua.
- governació recortará 15 millones de euros, sobre todo en la partida destinada a subvenciones.
- Economía ahorrará 69,5 millones, sobre todo en Universidades.
- política territorial reducirá 85 millones.
- el tijeretazo de cultura será de 15 millones.
- Empresa y agricultura suman un recorte de 75 millones.
- benestar social ajustará 17,7 millones.