Colombia
Mal negocio
Cuando ETA secuestró a Miguel Ángel Blanco y amenazó con matarle si el Gobierno no cedía a sus pretensiones, me conmovió escuchar entre sollozos a Mari Mar Blanco decir que entendía que el Gobierno no cediera a chantajes terroristas aunque eso supusiera la muerte de su hermano, algo que sucedió 48 horas después. ¿Qué pensará ahora? Me encantaría escucharla y a todas las víctimas que encontraron la muerte porque un Estado no cede al chantaje de los terroristas, sean quienes sean. También me gustaría escuchar a algún responsable del Gobierno explicarnos quién y por qué, ésta vez sí, se ha pagado –de manera ilegal y amoral– un rescate millonario que servirá para cometer más atentados terroristas de los amigos de Bin Laden en España, como ya pasó el 11 de marzo de 2004. Entonces las víctimas podemos ser usted o yo, sin necesidad de ir a buscar riesgos innecesarios a países donde la ayuda humanitaria no se canaliza en caravanas solidarias de entidad nimia y ridícula. Y si eso sucede, no creo que el Estado pague siquiera nuestro sepelio. No entiendo por qué si usted se accidenta en el monte y llama a emergencias, es usted quien paga el servicio y no el Estado, ni por qué si le secuestran en México o Colombia, es su familia quien sufraga el rescate. ¿Vale más la vida de un cooperante que la de cualquier otro español? Es indigno. Como indigna es la fotografía de secuestrados y secuestrador riéndose juntos. ¿De qué se ríen? Sólo uno tenía motivos para descojonarse: el hombre de negocios. Menudo negocio en plena crisis: secuestrar españoles.
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