Más cornadas da internet

En un foro de venta de coches de segunda mano, una entrada pide «un monumento a Navegante, el toro justiciero de José Tomás». Otro diálogo en la página web de una de las cadenas de televisión más importantes de España se abre con el elocuente título de «José Tomás... lo siento, pero te jodes». La noticia de la cogida al diestro de Galapagar ha encendido la Red hasta el punto de que algunos, escondidos tras el anonimato de un apodo y con profusión de faltas de ortografía, desean males mayores al matador. «Para los antitaurinos, desearle la muerte o el sufrimiento a un ser vivo es una enorme contradicción», dice Leonardo Anselmi, impulsor de la plataforma Prou, que logró reunir las firmas suficientes en Cataluña para solicitar la prohibición de las corridas de toros en la comunidad. «Va en contra de nuestra filosofía», dice Anselmi, que cree que la iniciativa legislativa popular «no cabe duda de que ha potenciado la polémica». «Si es así, me parecería lamentable», dice el filósofo Víctor Gómez Pin, que intervino en el Parlament de Cataluña durante la fase de comparecencias previa al debate de la iniciativa, y que se muestra «hastiado de una situación que se remonta a la muerte de El Yiyo: la de celebrar la muerte del matador. Pero creo que a los antituarinos razonables no se les ocurre decir semejantes barbaridades, o eso espero», asegura. «No deseo en absoluto que se muera este torerito valiente, pero sí que sufra mucho y no vuelva a torear en toda su vida. Eso sí se lo deseo haber (sic) si se acaba ya de torturar a esos pobres animales», escribía alguien autodenominado «yo» en un diario de Mallorca. En el foro de una televisión, alguien reclamaba que «se le dé el mismo bombo a una persona que torture perros y casi muera en el intento». «Jódete José Tomás, jajajaja!! Toreros hijos de puta», comentaba otro en la web de una revista satírica. Un «bloguero» titulaba: «Navegante se defiende del ataque de José Tomás». Navegante es el toro que casi acaba con la vida de

Tomás en Aguascalientes. A juicio del filósofo Víctor Gómez Pin, es la figura de José Tomás la que ha hecho aumentar el debate hasta convertirlo en objeto de encendida discursión, primero en los medios de comunicación clásicos y, luego, en internet, salpicando de comentarios, en su mayoría contrarios, cuando no agresivos, en redes sociales como Facebook o Twitter, y foros que poco tienen que ver con el asunto o ni siquiera han publicado la noticia. «Es evidente que si lo que le pasa a José Tomás le hubiera ocurrido a otro, nadie se habría enterado. Igual que si se muere un premio Nobel. Desgraciadamente, los hombres no están homologados ante la muerte», comenta el filósofo, gran amante de toros. En cambio, para Anselmi, José Tomás es sólo «un producto de marketing» al que se le está «fabricando un endiosamiento» desde los medios de comunicación por su reaparición en Barcelona, actual epicentro del movimiento antitaurino. «A los animalistas y vegetarianos nunca puede alegrarnos la muerte ni el dolor de nadie. Jamás justificaría la alegría, eso nos quita dignidad a todos», dice Anselmi. «Pero una cosa es que no nos alegremos y otra muy clara es lo que hay: si uno es un bombero o un piloto de Fórmula Uno, sabes a lo que te expones y, por eso, no deja de ser un accidente de trabajo en una profesión en la que se saltan las normativas de riesgos laborales», sostiene.Desde la Asociación Respeto y Cuidado a lo Animales de Sevilla (Arca), opinan que rechazan ese tipo de comentarios, «como no podía ser menos desde una organización animalista». «Si le pasa algo a José Tomás, se debe tener en cuenta que lo hace por voluntad propia y frente a un animal bravo que quiere defenderse de un ataque. No lo hace por salvar vidas, sino por ganar dinero», añade María de la O Becerra Galán, presidenta de Arca. Pero la discusión ha alcanzado dimensiones globales. La noticia de la cogida en Aguascalientes fue recogida por centenares de medios americanos. Mientras los españoles se cuidaban más de eliminar los comentarios ofensivos, en el caso de los americanos el cruce de insultos queda en la memoria de los servidores de internet. «Con la vara que mides serás medido. Muérete», le desea alguien que firma «Chavista hasta el culo» en el foro de uno de los periódicos más importantes de Venezuela.