Castilla y León
El ibérico revuelto por César Lumbreras
Las aguas bajan revueltas en el mundo del cerdo ibérico por los cambios que pretende introducir el Ministerio de Agricultura en la norma de calidad para este sector. Responsables del Departamento que dirige Arias Cañete presentaron la semana pasada a las autonomías y las organizaciones de ganaderos e industriales sus ideas, que son las siguientes: la designación racial será ibérico, lo que abarcaría a los animales 100 por 100 y 75 por ciento ibéricos; los cruzados al 50% quedarían fuera de la norma y, además, todas las reproductoras ibéricas puras deberán estar inscritas en el Libro Genealógico. En el capítulo de la alimentación quedarían sólo las categorías de bellota y cebo, eliminándose las de recebo y cebo de campo. Entre los requisitos de la primera figura una carga ganadera en la explotación de 0,75 cerdos por hectárea, mientras que para los de cebo el Ministerio plantea la extensificación de los animales en los últimos 60 días de la fase de engorde, con una carga ganadera de 15 cerdos por hectárea.
Estas ideas han causado polémica en el sector y han provocado rechazo en Castilla y León, donde una gran parte de las explotaciones de cebo se quedarían fuera de la norma. Asimismo, la industria de Guijuelo no podría vender una buena parte de sus productos como de ibéricos. Desde la Consejería de Agricultura de esta comunidad autónoma han valorado muy negativamente las ideas del Ministerio, en especial lo relativo a la extensificación de los cerdos de cebo. Total, que la polémica está servida. El equipo de Cañete argumenta que es necesario clarificar las cosas y acabar con la «manga ancha» que ha habido hasta ahora. Pero también es evidente que, si triunfan sus ideas, habrá un claro perjuicio para Castilla y León, gobernada por el PP.
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