Ingenuidad democrática por Iñaki Zaragüeta

Tras la legalización de Bildu, el permiso para Sortu era inapelable. Por tanto, el error del Gobierno de Zapatero, arrastrando al Tribunal Constitucional para que Bildu se presentara a las elecciones, ha levantado el veto a Portu. Ahora, son dos brazos políticos con el camino expedito a las urnas. Paso a paso, el diseño de ETA va haciéndose realidad. Hoy ya mandan en Guipúzcoa y se encuentran al alza en las otras dos provincias vascas.

Cada vez estoy más convencido de que tiene razón mi amigo Rogelio al afirmar que el terrorismo avanza en sus objetivos a costa de las cesiones del Estado de Derecho. Seguimos despreciando a Schopenhauer: «El que cree que en el mundo los diablos nunca andan sin cuernos y los locos, sin cascabeles, serán siempre víctimas o juguete de ellos».

Aciertan Alfonso Ussía y Javier González Ferrari, genios y maestros, cuando han denunciado en sus columnas de LA RAZÓN la política de ingenuidad sobre los asesinos. Salvo excepciones, los arrepentidos obedecen sólo a la táctica de su dirección. La mayoría de ellos, en cuanto se beneficien de las ventajas de la democracia, se integrarán en las listas de Bildu o Sortu –incluso Otegi se presentará a lendakari si le da tiempo– si no siguen los pasos de Josu Ternera u otros, hoy desaparecidos para la Justicia.

Lo cierto es que la decisión del TC sobre Bildu abrió una vía de agua con consecuencias irreparables. Es candoroso pensar que han sido estas medidas permisivas las que han minado la actividad de ETA. La ha socavado la eficacia policial y de la Guardia Civil. Así es la vida.