Combates
La paradoja libia
La resolución de la ONU, acertadamente, descarta una posible ocupación de Libia por parte de los países implicados en la operación militar. Es cierto que deja un resquicio a la participación temporal en apoyo de los rebeldes en labores de asesoramiento, aunque nunca como tropas de combate en primera línea. La Liga Árabe se ha desmarcado con la excusa de que se ha ido más allá de lo previsto. La realidad es que la intervención sienta un interesante precedente frente a los regímenes autoritarios, que son la casi la totalidad de los miembros de la Liga. Las divisiones entre los países de la coalición no es una buena noticia. Sarkozy comenzó con un enorme ardor guerrero, que no comparten el resto de socios. Lo más preocupante es que nada asegura la caída del dictador. Es bastante probable que el escenario sea la división entre dos bandos, marcados por la raíz tribal del conflicto, enzarzados en una larga y cruel guerra civil. Gadafi, aunque no nos guste, cuenta con apoyo popular y la irrupción de un enemigo externo le favorece.
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