Gallartrés

Gallardón ha vuelto a ganar en Madrid por tercera vez consecutiva y Rodríguez Zapatero ha vuelto a llevarse el varapalo de los madrileños, que han seguido valorando la escasa atención del presidente del gobierno por esta ciudad, a la que ha negado el pan y la sal de la refinanciación de su deuda y la ha borrado del listado de inversiones públicas estatales. La capital de España sigue votando al Partido Popular por mayoría absoluta desde 1991, desde que Álvarez del Manzano ganó la primera gran batalla. Por encima del endeudamiento municipal, de la ofensiva política por los gastos del alcalde en el Palacio de Cibeles, de los conflictos sindicales plateados por algunos colectivos, los madrileños siguen confiando en el modelo de ciudad que plantea el Partido Popular. En círculos socialistas empieza a cuestionarse si es que hay un maleficio que provoca el que no se acierte con el candidato a la alcaldía, desde Barranco a Lissawestzki, pasando por Morán y Miguel Sebastián. Algo puede haber de falta de acierto, de puntería, pero en Madrid pesa mucho la política general, la que se fabrica en la Moncloa y no se vende en los mercados electorales de la Villa y Corte. Con la nefasta acción de gobierno de ZP no hay candidato socialista que pueda echarse a la espalda el peso de una responsabilidad que no le corresponde. Ruiz-Gallardón ha sido elegido alcalde para otros cuatros años, otra cosa es que los agote, y puede que en esta legislatura conozcamos alcaldesa por primera vez en la historia de Madrid.