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Barcelona

El talento

La Razón
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Eso, el talento, lo que le falta al Real Madrid. Tanta grisura, tanto empecinamiento, tanta vulgaridad. Y con equipos recién ascendidos. Sobrevuela la falta de inteligencia. También en el equipo técnico. Y algo me hiere. Cada día que pasa nos hacemos –escribo en plural como madridista– más antipáticos. Esa prepotencia, esa incapacidad para asumir que no somos los mejores, esos malos modos que nacen de la impotencia, nos retratan.

El Real Madrid es mucho más que el sueño de ganar al Barcelona. Nos hemos reducido hacia el complejo paleto. Un equipo con pretensiones no puede tener como únicos delanteros a Gonzalo Higuaín y Karim Benzema. Con delantero y medio no se supera una temporada. Y no hay creación ni originalidad, eso, el talento, en el medio del campo. Ver un partido del Real Madrid es más aburrido que ir a una boda y bailar toda la noche con la propia madre. Ver un partido del Real Madrid es como ver una película interpretada por Federico Luppi.

Todo viene de la planificación. Desastrosa. Se han escapado los mejores jugadores a los equipos que tienen directores técnicos de verdad. La cantera está arruinada. A Florentino Pérez se le marcan en el rostro las arrugas del fracaso. Todo por volver al mismo sitio y rodearse de la misma gente. Pero el resultado es tremendo. Se gana, se empata a cero y nos dormimos. La falta de talento. Un castigo de equipo.