Estreno
«Scream 4»: La fama letal
Director: Wes Craven. Guión: Kevin Williamson. Intérpretes: Neve Campbell, David Arquette, Courteney Cox y Anna Paquin. EE UU, 2011. Duración: 111 minutos. Terror.
Qué listo es Wes Craven, el director de «La última casa a la izquierda», «Pesadilla en Elm Street» y «La colina tiene ojos», un tipo, además, sumamente espabilado para los negocios: en el atractivo arranque de la nueva «Scream», dos falsos comienzos, a la postre, arremete contra la última película de «Saw» porque «los personajes resultan planos, y hay sólo sangre». Y contra «los niñatos que deconstruyen las películas de miedo», y que cada palo aguante su vela. Y contra el cine asiático, una reiterativa aglutación de «fantasmones». Todo, dice Craven por boca de los personajes, es previsible, está manido o demasiado gastado. Y qué mejor manera de celebrar el ocaso, o un nuevo despertar, del género durante este siglo XXI del hartazgo que remedar la vieja fórmula hasta límites insospechados en la cuarta producción. Sí, cuatro, aunque no será la última, porque «Scream», como el ave fénix, ha renacido de las cenizas, que eran aquella terrible, horrosa, tercera entrega, gracias a una especie de matrioska que, por fin, deriva hasta la más diminuta muñeca rusa: en una sociedad conquistada por los ídolos con los pies de caspa y fango, por hombres y mujeres dispuesto a todo para alcanzar la fama (pongan la televisión y vean el circo), incluso el crimen puede tener premio mediático. De manera que la historia, o este rosario de asesinatos pintorescos salpicados por pinceladas cómicas y jovencitos ávidos de éxito, culmina en un mensaje que incluso suena bastante serio: el cine de terror ha conseguido, de nuevo, plasmar de manera verosímil la realidad, este triste mundo nuestro en rebajas.
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