Estados Unidos
La victoria de Maine da aire a Romney
NUEVA YORK- Muy conocido en Maine, donde ganó de forma holgada en las primarias de 2008, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney ha estado ausente en la campaña del «caucus» en este estado. Fue en el último momento cuando se tomó esta cita en serio debido a la derrota del martes en Colorado, Minesota y Misuri. Sabía que tenía que ganar, aunque fuese por la mínima, como ocurrió al final.
Por eso, el viernes voló a Portland para un acto electoral y el sábado visitó dos de los lugares más grandes donde se celebraron los «caucus» o asambleas populares.
Romney se llevó a un encuentro con el electorado al ex gobernador del estado vecino de New Hampshire, John Sununu, para que intercediese por él ante los votantes republicanos, a los que les cuesta todavía creer en el mormón. El candidato presidencial republicano y, de momento, cabeza de carrera, recuperó cierto empuje después de la pérdida del martes con la victoria ajustada del «caucus» de Maine.
Obtuvo el 39% de los votos, mientras el congresista de Texas Ron Paul logró el 36%, el cual sí se ha empleado a fondo en este estado, donde ha calado su mensaje de libertad y un gobierno más pequeño. El ex senador de Pensilvania Rick Santorum consiguió el 18% del electorado y el ex portavoz de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, que no hizo campaña, acaparó el 6%.
Horas antes de conocerse estos resultados, Romney también consiguió ganar el «straw poll» (asambleas populares) de los activistas conservadores republicanos reunidos en su congreso anual en Washington. En su discurso del viernes, Romney pronunció una frase que sonó extraña: «Soy un gran conservador». Más moderado que sus rivales y tachado de «liberal» como si fuese el peor de los insultos, Romney todavía tiene problemas en convencer a los republicanos conservadores de que es uno de los suyos. «Tengo el compromiso de dar la vuelta a Estados Unidos. Me ha llegado al corazón tener el apoyo de tanta gente buena en este gran estado. He luchado por la libertad religiosa. Si soy presidente de Estados Unidos mantendré los derechos religiosos y las libertades de los estadounidenses para proteger nuestros derechos constitucionales», explicó el mormón, quien se ha retratado como el «rebelde de Washington».
Pero estas victorias no son suficientes. Sobre todo si se analiza la derrota en Colorado, Misuri y Minesota. Estos tres lugares son considerados laboratorios del sentimiento real de los republicanos, que no han estado influidos por el bombardeo de los anuncios de campaña en la radio y la televisión. En los tres, Romney fue rechazado de forma contundente por la base conservadora. Ahora, la campaña republicana cambia su dinámica. Pasa a la fase nacional, donde Romney se podría beneficiar de la gran maquinaria de su equipo. Y también se pondrán de manifiesto las divisiones entre los insurgentes del partido, que quieren un candidato conservador, y el «establishment», que sí cree en la capacidad del moderado para vencer Obama.
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