Erdogan forzado al consenso para reformar la Constitución

ANKARA- Si bien el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, comenzará su tercer mandato reforzado por los resultados electorales del pasado domingo, cuando su partido logró alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento, el dirigente sólo puede celebrar una victoria agridulce, ya que, a falta de 40 escaños, deberá hacer frente ahora a la necesidad de consensuar con otras formaciones políticas la reforma constitucional que perseguía.
«El pueblo nos ha dado un mensaje para construir una nueva Constitución a través del consenso y la negociación», declaró desde el balcón de la sede del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) Erdogan, que hasta ahora pretendía con su reforma crear para Turquía un modelo presidencialista, como el de Francia, en el que él mismo se postularía como candidato a jefe del Estado para ejercer un fuerte Poder Ejecutivo hasta 2023.
«Felicitamos al AKP, pero deben recordar que ahora el principal partido de la oposición es más fuerte», destacó el líder del centroizquierdista CHP, Kemal Kiliçdaroglu, que logró para su partido el 26% de los votos frente a los 20 que había obtenido su antecesor en los comicios de 2007. El reelecto Erdogan, que a lo largo de sus dos mandatos ha logrado para su país un crecimiento económico sin precendentes, tendrá que ocuparse además de temas espinosos como la entrada de Turquía en la Unión Europea, actualmente encallada, y el eterno conflicto kurdo, que seguramente cobre mayor protagonismo ahora que los nacionalistas del Partido de la Paz y la Democracia (BDP) han sumado 15 diputados a los 20 que ya tenían convirtiéndose en una fuerza relevante para poder gobernar. El dirigente turco tiene también por delante la gestión de los 7.000 refugiados que huyen de la represión en la vecina Siria. En las últimas semanas Erdogan endureció su mensaje contra el régimen sirio y en su discurso tras la victoria electoral mostró su intención de continuar su política exterior como potencia regional.

EE UU condena la represión siria
La Casa Blanca expresó ayer su condena «en los términos más contundentes posibles» ante la violencia de la represión del régimen sirio contra la oposición democrática. El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, reiteró el llamamiento del presidente de EE UU, Barack Obama, dirigido a su homólogo sirio, Bachar Al Assad, para que «se aparte» si no quiere liderar una transición democrática.